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Los informes alertan de que la gran roca de Boo "pone en peligro" a todo el pueblo

Los expertos dicen que "puede no pasar nada en veinte años o caer mañana" y estudian deshacer la peña desde un helicóptero por su mal acceso

El pueblo de Boo y la peña que amenaza con caer sobre el pueblo, en la parte superior de la imagen. FERNANDO GEIJO

La localidad allerana de Boo está en peligro. Así lo han confirmado los informes de una ingeniería geológica, consultada por el Ayuntamiento, sobre la peña de grandes dimensiones que amenaza con venirse abajo y desprender una ladera. La roca está en la zona alta, por lo que su caída podría afectar a cerca de trescientos vecinos. "Puede no ocurrir nada en veinte años, o puede venirse abajo mañana", han asegurado los expertos a los responsables de la Asociación de Vecinos San Juan de Boo. Urgen la búsqueda de una solución, y no será fácil: la zona es de difícil acceso para vehículos pesados y maquinaria. Uno de los planes que barajan es deshacer la roca desde un helicóptero.

La peña está en El Picu, el barrio más alto de Boo. Hay varias casas en el entorno habitadas, que serían las más afectadas en el caso de que se produjera un desprendimiento. También el barrio de La Fontica, justo debajo de la zona en la que se encuentra la roca de grandes dimensiones. Villahermosa, la plaza de El Picu el barrio de La Vega y la Plaza, estos dos últimos los principales núcleos de la localidad, también se verían afectados si llega el desprendimiento.

Así lo refieren los informes de los técnicos. Apuntan a que, ante la magnitud de la peña, su caída puede producir también un desprendimiento del talud y provocar un corrimiento de tierras en la ladera. De hecho, la parcela sobre la que pende la roca ya tiene grietas de grandes dimensiones: superan los cincuenta centímetros de anchura y tienen varios metros de profundidad. Están apareciendo grietas, aunque de menor envergadura, en los terrenos anexos.

Los problemas con la peña de El Picu no son nuevos. En 2012, los vecinos de Boo encontraron las primeras grietas en la roca y alertaron de lo ocurrido al Ayuntamiento. Los técnicos municipales se ocuparon de una primera valoración, pero la situación empeoró rápido. Una de las fisuras de la roca tiene ochenta centímetros de grosor y recorre la base de la peña de arriba a abajo. Se colocaron unas guías, con cintas, para medir su crecimiento. Los adhesivos cedieron en menos de dos meses.

El resultado alertó al Ayuntamiento. El alcalde, David Moreno, aseguró ayer que "dar solución a este problema es una de nuestras prioridades". De hecho, con el apoyo de la Administración local, los vecinos consiguieron involucrar a la Universidad de Oviedo. Los expertos colocaron varios sismógrafos en el pueblo, con el objetivo de registrar cada movimiento de la roca.

El tiempo pasa y los resultados recogidos apuntan a que la prevención no es suficiente. "Lo que se está estudiando ahora es una fórmula para deshacer esa roca que amenaza con caer", explicó Gaspar Vázquez, presidente de la asociación de vecinos San Juan de Boo. El máximo responsable de la entidad mantuvo un encuentro con el Alcalde, responsables de la ingeniería que han evaluado el caso y el secretario de la asociación vecinal, Pablo Lobo: "Nuestro objetivo es involucrar al mayor número posible de entidades para que esta problemática se resuelva lo antes posible", afirmo este último.

Desde el aire

No será fácil. Los técnicos ya han alertado a los responsables municipales, también a los representantes vecinales, que la zona en la que se encuentra la peña dificulta el acceso a los vehículos pesados y la maquinaria necesaria para acometer la actuación. Los caminos para llegar a El Picu son estrechos y con un importante desnivel. Una de las alternativas que manejan es trabajar desde el aire, abordando la demolición de la roca desde un helicóptero. Es el plan que los técnicos consideran más viable, pero también el más costoso.

El Alcalde se ha comprometido a seguir trabajando con los vecinos para dar con una solución en el menor plazo posible de tiempo. Matiza, no obstante, que la implicación del resto de administraciones es "crucial" ante la magnitud del problema. Las arcas municipales no pueden costear la actuación sin ayuda.

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