El polideportivo de Oñón ha sido muchos años el principal referente de la actividad deportiva en Mieres. La vetusta instalación sigue siendo aún hoy el equipamiento con mayor demanda al encontrarse en pleno casco urbano. Pese a ello, podría tener sus días contados. El gobierno local estudia desde hace meses el cierre de la instalación. De hecho, a los usuarios ya hace tiempo que se les viene informando de la posibilidad de que las actividades se trasladen próximamente al campus de Barredo.

El polideportivo de Oñón está a un paso de ser el gran damnificado del acuerdo que han alcanzado el Ayuntamiento de Mieres y la Universidad de Oviedo para gestionar conjuntamente las instalaciones deportivas de Barredo. El gobierno local ve poco práctico mantener abierto Oñón y al mismo tiempo disponer del moderno polideportivo universitario. Teniendo en cuenta el aumento del gasto que se prevé y los continuos problemas que genera el equipamiento municipal, muy gastado por el uso, los responsables municipales llevan meses buscando la manera de trasladar toda la actividad deportiva al campus y dejar sin uso el viejo polideportivo de Oñón.

Hace apenas una semanas la decisión de cerrar Oñón estaba casi tomada, aunque el gobierno local ha optado por tomarse un tiempo de reflexión antes de dar un paso que genera dudas en el seno del equipo de Aníbal Vázquez. Y es que el polideportivo de Oñón sigue siendo un referente en cuanto a su cobertura. La pista central es posiblemente la instalación cubierta con más demanda del municipio. Además, el equipamiento, que dispone de ocho vestuarios, cuenta con diversas salas habilitadas para la práctica de diversas actividades deportivas. Ahora bien, la instalación es una fuente de problemas debido a su avanzado estado de deterioro.