La Policía Local de Mieres intensificará la vigilancia en las calles para evitar que los vecinos viertan veneno que pueda afectar a las mascotas. Ésta es la respuesta del Ayuntamiento tras la recogida de firmas que ha emprendido una vecina a través de internet, tras sorprender a un matrimonio en Santa Marina derramando raticida por las aceras, y que ya ha conseguido más de 1.500 apoyos. El vicealcalde del concejo, Manuel Ángel Álvarez (IU), señaló ayer que hay una empresa "encargada del control de las plagas". También matizó que el Ayuntamiento no tiene constancia de que el vertido de veneno sea "una práctica extendida" en el concejo.

Liliana Castro es una vecina del barrio de Santa Marina. En diciembre, su perro "Black" cayó gravemente enfermo. "Estuvo cuatro semanas entre la vida y la muerte", afirma. El diagnóstico: una hemorragia interna muy grave, causada por envenenamiento con un raticida. Cuál sería su sorpresa cuando en febrero, ya con "Black" recuperado, encontró a un matrimonio echando veneno en las aceras: "Me dijeron que llevaban muchos años haciéndolo", asegura Castro. También le replicaron, después de que ella les contara que "Black" había estado muy enfermo, que "no me preocupara que, total, sólo es un perro". Liliana Castro llamó a la Policía Local pero, según su versión, los agentes sólo identificaron a la pareja. "Ni siquiera les pidieron que retiraran el veneno". Se sintió desprotegida y decidió emprender una recogida de firmas a través de "Change.org".

En menos de una semana, 1.500 apoyos. El vicealcalde aseguró ayer que está en conversaciones con la Policía Local para esclarecer lo ocurrido. Castro asegura que no pudo denunciar porque los agentes le aconsejaron presentar un escrito.