Mieres perdió ayer un centro educativo, pero ganó una escuela de magia. Y es que el Teodoro Cuesta se convirtió ayer en Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Con motivo del Día del Libro, los 88 alumnos del centro fueron protagonistas del mundo de Harry Potter. Los alumnos se dividieron en las cuatro casas del universo mágico: Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin, para realizar talleres.

Cuando los pequeños llegaron al colegio, a las nueve menos cinco, les esperaba una sorpresa. Y es que sus profesores habían realizado una especie de ceremonia de selección y cada uno de los estudiantes, independientemente de su edad, había sido asignado a una casa. "Romper la estructura de clases por edades y que se ayuden los más grandes a los más pequeños era muy interesante", señaló Juan Miguel Molinero, director del centro. Basándose en el taller de biblioteca que realizan anualmente, y que este año versó sobre Harry Potter, entiende Molinero que la actividad servirá para hacer entender a los pequeños que "la lectura es una fuente de placer y nunca una obligación".

De esta forma, los pequeños compartieron diferentes talleres durante toda la jornada, siempre con el universo del mago más famoso del mundo literario como referente. Hubo una competición de "quidditch", el famoso deporte de Harry Potter, así como talleres de elaboración de trajes, concursos de relatos y de creación de animales fantásticos, y un taller de construcción de una "snitch dorada", la pelota con la que se juega al "quidditch".

Los pequeños estaban encantados con esta jornada, aunque no todos habían caído en la casa que más les gustaba. Nicolás Sanzo era un de esos estudiantes. Fan absoluto de Harry Potter, señalaba que "lo estamos pasando muy bien porque además estamos todos los niños de todas las edades juntos". Sin embargo, el pequeño apuntaba que "me tocó Slytherin y hubiera preferido Gryffindor. Esa misma "queja" tenía su compañera Illana Colunga: "Siempre son los malos y no me gusta".

No fue la única sorpresa, ya que en el Hogwarts del Teodoro Cuesta también apareció la escoba que la pasada semana Harry Potter había perdido en Langreo. "Nosotros tenemos la verdadera", afirman.