La poeta sotrondina Ana Rosa Fernández fue la protagonista de un nuevo acto programado por la Asociación Bicentenario de San Martín del Rey Aurelio y que en esta ocasión se enmarcó dentro las actividades de la celebración del Día del Libro. La escritora estuvo en la Casa de la Juventud de Sotrondio para hablar de "La poesía en San Martín del Rey Aurelio", en un acto que contó con la colaboración del Ayuntamiento de San Martín y el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas.

Numeroso público quiso estar presente para escuchar los versos de una autora que, tal y como expresó María Alonso, concejala de Cultura de San Martín "cultiva un género tan hermoso como la poesía, y lo hace desde su condición de sotrondina y de mujer". José Ramón Ardines, presidente de la asociación organizadora, habló de la conferenciante y de su temprana afición por la escritura "al abrigo de lo que el filólogo y poeta Francisco J. Lauriño llamó "Degeneración del 81".

Fernández explicó que tardó algún tiempo en publicar y en "ejercer como poeta" y que antes participó en numerosos recitales y encuentros. La autora cuenta con dos obras destacadas, publicadas con diez años de diferencia: "El peso de la luz" publicado en 2002 y que tuvo una segunda edición en 2005 con la publicación de un disco-libro con música de Xulio Arbesú, y el poemario "Los nomes de la lluvia", editado en 2012. Durante su intervención anunció que "estoy trabajando sobre un nuevo proyecto que me ilusiona muchísimo aunque aún no tengo fecha de publicación definitiva".

"Hay un momento en el que parece que quieres alejarte de todo, escapar, pero al cumplir los 50 descubrí en todo su esplendor el verdadero sentido del arraigo, de la pertenencia", expresó Fernández. "Valoro por encima de todo la ternura de la gente de mi tierra, la intrahistoria, la maravillosa sensación de pasear junto al río y sentir que como en casa, en ningún sitio" aseguró. Al mismo tiempo que puso de manifiesto "la necesidad de que la gente joven se anime a escribir, sin miedo". Para la escritora, "escribir poesía, un género más bien minoritario, es mostrar el alma y algo así como desvestirse en público" y reconoció que "mis poemas son tremendamente sensoriales e intento con ellos transmitir sabores, colores y sensaciones".

Niebla, lluvia, nostalgia, bosques y helechos, música y pintura en amalgama? No faltaron los versos recitados por la propia autora, que consiguieron calar en los asistentes. Algunos de ellos tomaron la palabra para reconocer que se habían sorprendido "y emocionado hasta las lágrimas".