Dos ideologías. Dos posturas. Dos visiones. Y dos ponentes enfrentados en el debate titulado "Del impuesto de sucesiones", un acto organizado por el Ayuntamiento de Mieres que contó con la colaboración del Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas. Por el bando liberal, el economista Diego Barceló, componente del Club de los Viernes y partidario de la eliminación del impuesto. Por el bando comunista, el filósofo Borja Menéndez, favorable a su mantenimiento, si bien abierto a la posibilidad de su revisión para evitar efectos perversos.

El debate fue moderado por la historiadora Ana Fueyo, secretaria de Memoria Histórica del PCA, quien manifestó que "la polémica sobre el impuesto de sucesiones es un tema candente, de plena actualidad en Asturias, por lo que resulta interesante escuchar posturas a favor y en contra".

Diego Barceló comenzó afirmando que "los países más desarrollados son los que estimulan la acumulación de capital, que se traduce en mayor capacidad de ahorro e inversión. El impuesto de sucesiones va en contra de este principio, desincentiva la inversión, lo que afecta al capital y, finalmente, a los salarios. De ahí que sea un impuesto antisocial y enemigo de los trabajadores". "El deseo de los padres es que sus hijos tengan mejores condiciones y el impuesto de sucesiones ataca este propósito", continuó Barceló, que añadió que "es un impuesto que no sólo afecta a quien lo paga, sino a todos".

A continuación tomó la palabra Borja Menéndez que expuso que "a tenor de las últimas modificaciones previstas tras el pacto entre PSOE y PP, el impuesto de sucesiones sólo afectará al 1% de los asturianos y sus ventajas llegarán no sólo a la clase media, sino a patrimonios altos". "Claramente las derechas están ganando cuando hasta la socialdemocracia asume sus postulados", afirmó Menéndez, que se pregunta el motivo de que un impuesto que en la actualidad únicamente afecta al 5% de la población se haya convertido en una reivindicación masiva: "Fruto de la desafección general está calando en la sociedad el mensaje de que los impuestos son un robo para sostener la corrupción política".

El dato de que Asturias es la comunidad autónoma en el que se producen más renuncias a las herencias también propició el enfrentamiento de posturas. Así, para Diego Barceló es la demostración de que "algo grave está sucediendo cuando heredar produce un empobrecimiento". Sin embargo, Borja Menéndez halla la explicación a este hecho en las deudas y cargas acumuladas en vida. "No es culpa del impuesto; son las consecuencias de las políticas neoliberales, que han sumido en la miseria a gran parte de la población", dijo el filósofo, que recordó que la presión fiscal más elevada corresponde a los países más desarrollados. "A mayor fiscalidad, mejor modelo social", afirmó, a lo que el economista repuso que "los países más prósperos son aquellos que disfrutan de mayor libertad económica", declarándose, no obstante, partidario de que las funciones esenciales se mantengan en poder del Estado. "Hacen falta impuestos, pero razonables. Actualmente pagamos impuestos por todo y en exceso", afirmó Barceló, a lo que Menéndez contestó que "si consideramos razonable tributar por el salario percibido, con más motivo por heredar. El sentido del impuesto de sucesiones es el incremento de la renta y lo que se deje de recaudar por esta vía se compensará a través de otros impuestos".