Julio García (Figaredo, Mieres, 1964) octacampeón de press banca. El año pasado levantó 242,5 kilos, parando en el pecho. En el último campeonato quedó a una repetición de ganar el absoluto y el año pasado en el Mundial de Aldershot (Inglaterra) quedó campeón de fuerza absoluto en todos los pesos y edades.
La semana pasada TPA emitió el episodio de "Aquí sin Paraíso", la miniserie de José Antonio Quirós, donde tiene un papel.
- ¿Cómo se ve a su edad?
-Me considero un gran competidor y un gran fracasado. He fracasado como hijo, como pareja y como padre. He triunfado en lo que se anhela, como deportista, soy conocido, tengo 5.000 seguidores en Facebook... pero lo básico no lo he hecho bien.
- ¿Cómo está ahora?
-Físicamente, cansado de la preparación de una competición, volviendo a entrenamientos normales, de hora y poco al día.
- ¿Anímicamente?
-Estoy pasando una depresión por un problema familiar muy grave. Tomo medicación para dormir. Quince días antes de ir a la última competición estuve a punto de no acudir, pero sentí el apoyo de mi esposa, Gemma Fernández; de mi amigo Luis Barro y de mi entrenador Juan Molés. Físicamente soy muy fuerte, pero emocionalmente soy muy débil.
- Usted ahora tiene una tienda de suplementación y nutrición deportiva, pero hasta hace cuatro años fue fontanero.
-Antes estuvimos en un gimnasio que nos metieron a mi mujer y a mí y andamos en juicios. Luego una persona nos dio trabajo en dos tiendas de nutrición deportiva, no daba para todos, nos empufamos y le compramos una.
- Su padre era un genio de la fontanería.
-Era un grandioso profesional y genio como persona. Me di cuenta cuando ya no lo tenía.
- ¿Por qué?
-Nos llevábamos mal. Fue una relación padre e hijo como la de la película "Leyendas de pasión". Llevaba diez meses sin hablarme con él cuando me enteré de que tenía cáncer.
- ¿Cómo ocurrió?
-Me llamó mi madre, Loly, diciendo que mi padre quería hablar conmigo. Tengo una relación excelente con ella, que ha sufrido mucho vivir con un hijo y un padre que no se llevaban bien. También estaba mi hermano René, con el que no tengo relación de ningún tipo. Daría todos mis trofeos, reconocimientos y fama, sin dudarlo, por que pudiéramos darnos un abrazo y aquí no pasó nada.
- ¿Qué le pasó con su hermano?
-No lo sé, pero si me dices que lo arreglo yendo en calzoncillos a los lagos de Covadonga, echo a andar sin dudarlo.
- Siga con aquel día en casa.
-Mi madre me dijo: "Tu padre se está muriendo". Sentí un escalofrío y, como ahora, la necesidad de arreglar nuestras diferencias. Entré en Silicosis a las 12 de la noche, fui a su habitación, le miré a los ojos y le dije: "Papá, tú sabes que yo te quiero mucho". Él me contestó: "Hijo, ¿cómo no me vas a querer?". Esa frase ha marcado mi vida.
- ¿En qué sentido?
-Tiene que haber un momento en que vuelva a verle y él me pueda decir "lo has hecho bien", y yo, "qué razón tenías".
- ¿La tenía?
-Sí, todo lo malo que me pasó -la traición, la mentira, la envidia- me lo advirtió mi padre. Me decía: "Sabe más el diablo por viejo que por diablo"; "si un duro tienes, un duro vales y así te van a tratar", "si consigues tres amigos en la vida, está bien". Por más que llamo al Cielo no me lo coge.
- ¿Por qué discutían?
-Siempre tuvimos carácter los dos y en la obra era de "tú no tienes ni puta idea". Era una persona a la antigua. Trabajaba con él y a los 16 años no me atrevía a fumar delante de él. Cuando ya tenía una hija me quitaba el pendiente que llevaba para que no me lo viera.
- ¿Cuándo dejó de trabajar con él?
-A los 27 años, en una época que fui un poco mujeriego.
- Bueno, es una edad...
-Ya, pero que, como hice yo, dejes a la moza a once días de la boda no es normal, y que te cases con otra y a los tres meses te separes, tampoco. Me gustaban mucho las mujeres y mi padre estuvo con mi madre toda la vida.
- ¿Sentó cabeza?
-Ahora estoy casado con la primera mujer de la que me enamoré. Llevamos juntos 10 años. No tenemos hijos. Tengo una hija de otra relación. Va a hacer 17 años. No quiero tocar el tema.
- ¿Siempre fue deportista?
-No, pero me gustaba el fútbol. Mi padre hizo la fontanería de unas viviendas en Gijón y fuimos a vivir allí hasta que cumplí 18 años. Mi padre me traía a ver los partidos del Real Oviedo y Matilla me hizo una foto con Carrete y Marianín. No soy antisportinguista: me gustaría que los dos estuvieran en Primera.
- ¿Cuándo empezó a hacer deporte?
-Libré la mili por exceso de peso y en 5 meses adelgacé 40 kilos. Cuidé la comida, dejé de fumar, empecé a hacer culturismo.
- ¿Por qué tan tarde?
-No ligaba. A los 22 años era virgen. Cuando tuve un cuerpo pasé de que nadie bailara conmigo en Vanitas Vanitatis a tener cinco novias a la vez. Siempre fui un poco cariñosu. Aproveché todo por si volvía la sequía.
Ganó el Campeonato de Asturias de culturismo en la categoría de principiantes a los 28 años. "Pero siempre me gustó más levantar peso que posar". En 2001 quedó campeón senior de España de press banca en repeticiones: levantó 37 veces 100 kilos.
-Llamé a mi padre llorando. Queríamos llevarnos bien, pero éramos iguales de carácter. Soy hipocondriaco. Despertaba a las tres de la mañana a un amigo médico que me curó de todos los cánceres e infartos que no tuve. Nunca pegué a nadie, pero tengo un pronto violento de palabra. Ese carácter hace falta para levantar cien kilos.
- ¿Cómo conoció a Gemma?
-En un gimnasio. Su padre, Balbino, trabajaba en la empresa municipal de aguas y mi padre lo conocía. Fui a reparar una cisterna a casa del padre, vi la foto y dije que la conocía. Empecé a picar por ahí, trabajaba en una librería... En 2013 nos casamos.
- ¿Es más joven que usted?
-Sí. Va a cumplir 40. Es cuatro veces campeona de España de press banca. Empezó a competir por mí. Ahora cuida al padre. Quiero que haga un curso de nutrición.
- Usted es costalero y se dice creyente, pero no está casado por la Iglesia.
-Por circunstancias. La primera vez fue por el Juzgado, y la segunda, en el Ayuntamiento.
- ¿Quién le casó?
-Jorge Vallina, el concejal de Deportes y hoy presidente del Real Oviedo. Me gustaría que me casara por la Iglesia Julián de Hoyos, párroco de La Florida. En noviembre gané el Campeonato del Mundo de fuerza y di la medalla a un sacerdote que está en El Vaticano y me trajo una bendición papal. En diciembre me gustaría ver al Papa y darle una Santina y la camiseta del Oviedo.
- Nació el 12 de octubre.
-Sí, y me gustaría tirarle de la oreja a Willy Toledo: si es tan chulo sobre el día de la patria y la Virgen del Pilar que lo diga en Zaragoza, en medio de la plaza. Hice un vídeo a Piqué que tuvo 900.000 visitas. Yo respeto que piensen lo que quieran, pero que me respeten. No pites el himno y, si no sientes los colores de España, no pongas la camiseta. La única vez que sentí mi país unido fue en la victoria del Mundial.
