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SILVIA MARTÍNEZ | Nueva presidenta de la asamblea de Cruz Roja en Langreo

"En Cruz Roja hacemos una labor callada: el año pasado se atendió a 3.700 personas"

"Tenemos a treinta niños por las tardes merendando y recibiendo apoyo escolar; esto no ocurría hace unos años"

La presidenta de Cruz Roja en Langreo, Silvia Martínez. FERNANDO GEIJO

La abogada Silvia Martínez asumió hace unas semanas la presidencia de la asamblea local de Cruz Roja en Langreo, una entidad a la que lleva vinculada desde hace casi treinta años. Martínez compaginará el cargo con su trabajo, así como con la dirección del coro "Pecolinos" y la coordinación del club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas.

-¿Cómo decidió presentarse a la presidencia de la asamblea local de Cruz Roja?

-La verdad es que no me presenté, sino que me presentaron. Fueron personas de Cruz Roja que conozco de hace tiempo, ya que llevo muchos años ligada a la entidad, como voluntaria primero y después como trabajadora. Pensaron que podía ser una candidata ideal y aunque yo me resistí bastante al principio, consiguieron que accediese a ser presidenta.

-Compaginará su nuevo cargo con su trabajo como abogada, pero también con la dirección del coro "Pecolinos" y la coordinación del club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas, ¿podrá con todo?

-La verdad que todo el mundo dice que es mucho trabajo, pero yo no lo veo así. Cruz Roja de Langreo tiene un muy buen equipo y me van a facilitar mucho mi labor dentro de la entidad. Yo la verdad es que estoy muy contenta de ser presidenta de esta organización, además como mujer, ya que de las veintidós asambleas que Cruz Roja tiene en el Principado, diez tienen a mujeres a su cargo, y me atrevería a decir además que soy la primera mujer que accede al cargo de presidenta de Cruz Roja en Langreo.

-Entonces lo tiene todo controlado...

-Bueno, yo creo que todo es compromiso, es cierto que todos tenemos mucho que hacer, pero es que si no nos comprometemos con nuestro entorno, esto va a pique. Yo me lo pensé mucho cuando me propusieron ser presidenta, pero me dije a mí misma que si todos rechazamos ayudar argumentando que tenemos muchas cosas que hacer, lo poco que queda en Langreo iba a terminar muriendo. Considero que las personas deberían de comprometerse más, es cuestión de echarle ganas e igual tener que renunciar a una parte del tiempo de ocio, pero por experiencia puedo decir que esto compensa mucho, porque no es sólo lo que haces por lo demás, sino lo que haces por ti mismo.

-¿Qué opina la labor de su antecesor en el cargo?

-Yo no puedo más que estar muy agradecida por la labor que ha realizado Juan Carlos Cuesta, que ha tenido su enjundia. Una labor encomiable, donde trabajó mucho y muy bien por la asamblea. Así lo manifiestan tanto voluntarios como trabajadores, con lo que ha dejado el listón muy alto y estoy convencida de que será complicado llegar a su altura, aunque lo intentaré.

-¿Desde cuándo lleva vinculada a Cruz Roja?

-Desde 1988. Primero fui voluntaria y después trabajadora. Coordiné el departamento de actividades y servicios, y después estuve en el área de recursos humanos. También hubo un momento de mi vida que, por circunstancias, me hizo desvincularme relativamente de la organización, aunque nunca me fui del todo.

-¿Recuerda algún momento destacado de su paso por la organización?

-¡Uy, muchos! Mi etapa como voluntaria fue muy bonita, porque éramos un grupo muy joven y cohesionado. Éramos todos amigos e incluso nacieron parejas de allí. Otro momento destacado fue cuento estuve al frente de la asamblea coordinando, como trabajadora, o mi etapa con los objetores de conciencia, con ellos disfruté mucho del trabajo en Cruz Roja.

-De hecho, tenía hasta un mote, ¿no?

-Sí (ríe), era el cabo Chusqueiro. De aquella contaba yo con 23 años, y tenía bajo mis órdenes a chavales de hasta 28. Pero era un mote cariñoso, no porque fuese muy dura con ellos. Más que una jefa, era una compañera más, y de hecho, al final dejaron de llamarme cabo Chusqueiro para llamarme únicamente "Chusky". La verdad que se portaron todos conmigo fenomenal.

-¿Cómo se encuentra actualmente la asamblea local de Cruz Roja en Langreo?

-Pues cuenta con un buen numero de socios, así como también numerosos voluntarios, algo que es muy importante. También está saneada económicamente y cuenta con un muy buen equipo. Siempre hay cosas que mejorar, por supuesto, y esa será mi misión.

-¿Qué objetivos se ha marcado para la asamblea?

-En primer lugar, quiero afianzar las relaciones con las entidades, sobre todo con el Ayuntamiento de Langreo. Pero quiero establecer lazos, no sólo con el equipo de gobierno, sino también con el resto de grupos municipales, porque es importante que conozcan la labor que desarrollamos en Cruz Roja.

-¿También ha pensado en otras metas?

-Claro, quiero que aumente el número de voluntarios y afianzar el grupo que existe actualmente. La riqueza de Cruz Roja son nuestros voluntarios, que realizan una labor desinteresada; y los socios, que con sus aportaciones económicas nos ayudan a seguir trabajando para cumplir nuestros objetivos. Hay que tener en cuenta que en la memoria del año pasado se atendió a cerca de 3.700 personas, esto hubiera sido imposible sin la labor del voluntariado y sin el sustento de los socios.

-¿Han evolucionado mucho los objetivos de Cruz Roja?

-Claro, a Cruz Roja no le queda más remedio que evolucionar con la sociedad y atender nuevos campos que antes eran desconocidos. Hace treinta años, hablar de refugiados no tenía sentido, tampoco las desastrosas consecuencias de la crisis. Y mira que yo viví la reconversión minera y el cierre de las explotaciones, pero la situación no era ni por asomo similar a la que tenemos ahora con la pobreza. En Cruz Roja tenemos que estar atentos a las necesidades que surgen en la comunidad e intentar paliarla. Ahora los problemas más grandes se encuentran en la exclusión social. Por ejemplo, aquí en la asamblea tenemos por las tardes a unos treinta niños que están recibiendo apoyo escolar y, además, están merendando aquí. Esto no se daba hace treinta años.

-¿Cree que la población conoce realmente el trabajo que desempeña Cruz Roja?

-No del todo, por eso uno de nuestros grandes retos es que la gente conozca nuestra labor. Muchos nos asocian a las ambulancias y a los campos de refugiados, pero desconocen todo lo que hacemos a nivel local. Admito que igual es un poco culpa nuestra, porque hacemos una labor muy callada y no damos a conocer todo lo que hacemos, pero pienso cambiar todo eso, tenemos que publicitarlo y llegar a toda la sociedad.

-Habla de captar nuevos voluntarios, ¿cómo pretende conseguirlo?

-Vamos a lanzar en breve una campaña de captación para conseguir más voluntarios, Creo que en las Cuencas hay un buen número de personas con mucho que ofrecernos, También queremos llegar a los jóvenes para potenciar Cruz Roja Juventud, y abrir la puerta a la tercera edad, porque ellos también pueden ser voluntarios, ya que no todas las labores requieren de fuerza física. Aquí nadie está excluido.

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