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La iglesia de San Juan pierde su lustre por los desconchones y los grafitis en sus paredes

El párroco afirma que el estado de la fachada es mejorable, pero reconoce - que las obras costarían mucho dinero

La iglesia de San Juan es desde hace casi un siglo uno de los símbolos más representativos de Mieres. El templo integra junto a Requejo un conjunto estrechamente vinculado a la imagen de la ciudad, por lo que muchos califican a la emblemática plaza hostelera que se proyecto a los pies de la iglesia como la catedral de la sidra. El problema es que el viejo tiempo está muy lejos de lucir como antaño. A los descolchados en las paredes fruto del desgaste y de la falta de mantenimiento se une ahora que uno de los laterales del templo, el que da hacia el parque de La Pasera, se encuentra lleno de pintadas y grafitis.

Grandes pintadas, unas en blanco y negro y otras en color, "adornan" una de las grandes fachadas de la iglesias de San Juan: "La verdad es que muy religiosas no se puede decir que sean y dan bastante mala imagen. Lo que pasa es que ya estamos acostumbradas a ver las pintadas y no le damos tanta importancia", señalan un grupo de feligresas. El párroco Nicanor López, que desde hace décadas goza de un enorme prestigio en Mieres por su marcado compromiso social, reconoce que el templo dista mucho de estar en estado de revista: "Es cierto que las pintadas desentonan, pero nada se puede hacer", asegura resignado. Además reconoce que el estado general de la fachada no es bueno: "Hace falta una obra, pero cuesta mucho dinero".

La parroquia ya ha pintado varias veces la fachada en la que aparecen las pintadas. Pero no ha servido como solución ni como freno contra los vándalos. "A los pocos días todo estaba igual, por lo que asumimos que lo mejor es dejarlo así", señala Nicanor López. A llegado un punto en que los feligreses también se han resignado: "Al menos las pintadas no son ofensivas, aunque desde luego la iglesia estaría mucho mejor sin ellas".

Además de presentar un maquillaje impropio para un templo religioso, la iglesias de San Juan también sufre el efecto de las arrugas que causa el paso del tiempo. Las paredes están llenas de descolchados. La construcción de la actual Iglesia de San Juan Bautista se inició allá por 1928. Las obras se prolongaron por espacio de tres años, por lo que la actividad religiosa no comenzó hasta el año 1931.

El templo se asienta sobre una antigua iglesia románica demolida en 1927 y es obra del arquitecto diocesano Enrique Rodríguez Bustelo. Como curiosidad, la portada románica de la anterior Iglesia fue comprada por un noble de Gijón y hoy en día se encuentra en uno de los palacios del concejo gijonés. El pódium de la antigua iglesia románica es el que tiene la actual.

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