"Si seguimos así, nos va a comer el lobo". Era la afirmación en todos los corrillos que se formaban ayer en el pueblo de Soto. Un cánido comió una oveja, que estaba en una finca a escasos metros de la torre medieval, e hirió a dos corderos de otro rebaño. Es la primera vez que los lobos se acercan tanto a la localidad, a un paso del Corredor del Aller. Reclaman al Gobierno del Principado que "tome medidas urgentes" antes de que el lobo "se convierta en una plaga como el jabalí".

Ocurrió a las dos de la mañana. Jesús García estaba durmiendo en la cama, pero despertó sobresaltado por los gritos de su vecino. "Me llamó porque él vio al lobo en las fincas que tenemos, una al lado de la otra", explicó. El allerano salió de la cama y fueron juntos a revisar sus rebaños: "Ya entonces nos dimos cuenta de que faltaba una oveja y dos corderos, pero era de noche y volvimos para casa".

Y por la mañana, una desagradable sorpresa. Una de las ovejas de Jesús García estaba muerta, medio devorada, en el centro del pueblo. "Le faltaba una pata, se notaba que era obra del lobo por las mordidas y por el estado en el que quedó", explicó ayer García. Un cordero, de su vecino, apareció medio degollado en el entorno de la finca: "Estaba malherido pero, antes de que le diera fiebre, lo mató para consumo en casa". El otro cordero continuó desaparecido.

El único que dio parte de lo ocurrido a la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales fue Jesús García: "Ya no es por los daños, es porque podría ocurrir una desgracia con el lobo tan cerca del pueblo". Él tiene un "pequeño rebaño" que dedica al mantenimiento de sus fincas: "Lo que pasa es que en el verano, mayores y niños están hasta la madrugada por el pueblo algunos días. Y ahora que sabemos que el lobo está tan cerca, no nos sentimos nada seguros", añadió.

El allerano también está preocupado por sus vecinos ganaderos. En este punto, destacó que "si te dedicas a la ganadería y te pasa algo así, estás perdido. Los daños o no se pagan o no te cubren todo lo que has perdido". Y lanza una advertencia a los responsables regionales: "O empiezan a actuar pronto o, entre el lobo y ellos, van a terminar con la ganadería en dos días", zanjó ayer en Soto, mientras esperaba por la guardería.