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Un proyecto europeo estudia en Langreo y Siero los riesgos del cierre de las minas

El plan "Merida" analiza en Mosquitera y Pumarabule los gases y el agua que salen de los pozos y los movimientos de tierra que pueden causar

Hunosa trabaja en reforzar sus conocimientos en materia de postminería, es decir, del cierre ordenado de los pozos y de su tratamiento a futuro para evitar problemas de seguridad en las zonas mineras. Esa es una de las vías que la hullera pública baraja para asegurarse un futuro, toda vez que la extracción de carbón como actividad principal de la empresa puede desaparecer a finales de 2018. La empresa se ha embarcado junto a otros organismos internacionales en dos proyectos de investigación sobre la identificación de los riesgos medioambientales que pueden provocar los cierres de minas, así la búsqueda de soluciones para minimizar su impacto. Uno de ellos utilizará los pozos Mosquitera y Pumarabule para sus probaturas.

El proyecto "Merida" -siglas del inglés Management of Enviromental Risks During and After mine clousure, traducido como gestión de los riesgos medioambientales durante y después del cierre de minas- cuenta con diez socios de seis países europeos. La novedad de este proyecto reside en que, por primera vez y de forma conjunta en varios países, se abordarán las posibles eventualidades derivadas de la clausura de explotaciones mineras desde "una perspectiva completamente global" .

En el caso de Hunosa y la Universidad de Oviedo, las entidades españolas que participan en el programa, su trabajo se basará en el estudio de riesgos en dos pozos ya cerrados: Mosquitera y Pumarabule, en los concejos de Langreo y Siero. Los investigadores de la institución académica estudiarán, siguiendo los datos que aportará la compañía, aspectos como la contaminación atmosférica o de aguas y la subsidencia, los movimientos horizontales y verticales del terreno provocados por la existencia de las galerías subterráneas.

El proyecto, con una duración de cuatro años, cuenta con una financiación global de 3,7 millones de euros, de los cuales 2,2 son aportados directamente por la Unión Europea. La Universidad de Oviedo recibirá un total de 253.000 euros. Hunosa, por su parte, espera una aportación de 139.149 euros. El plan "Merida" comenzó a desarrollarse ya el 15 de diciembre del pasado año y estará vigente hasta finales de 2019.

La segunda de las iniciativas europeas en materia de postminiería en la que participa la empresa pública Hunosa es el proyecto "Stams", que comparte con otras diez entidades europeas, todas ellas de países en los que el carbón tuvo, o incluso sigue teniendo, un peso importante, como Polonia. En este caso, el estudio se basa en la búsqueda de soluciones "para monitorear y evaluar la estabilidad y las condiciones de los pozos inundados, incluyendo las partes no anegadas de los pozos parcialmente inundados, durante largos períodos de tiempo". El objetivo se alcanzará sometiendo un pozo a mediciones periódicas, y a una vigilancia constante.

En concreto, con el proyecto "Stams" se desarrollan módulos de inspección por ultrasonidos para realizar las mediciones. Además se están probando dinámicas de agua y dispositivos de gas para medir, analizar y evaluar continuamente la estabilidad de los pozos para la vigilancia a largo plazo con la previsión de desplegar sensores post-cierre que resistirán las operaciones de llenado del pozo. Otro de los objetivos es el desarrollo y testeo de un sistema de control y análisis de software para medir, in situ y en tiempo real, diferencias significativas que pueden indicar inestabilidad o cambios significativos en un pozo inundado. Tanto "Stams" como "Merida" también buscan conocer los niveles de empleo que pueden generarse a través de estas actividades de prevención de riesgos.

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