El capitán de la Guardia Civil Fernando Rivero Díaz estuvo en el cine Felgueroso de Sama para hablar sobre "El rescate en Langtang durante el terremoto de Nepal". La conferencia se enmarcó en las actividades del XV Memorial "Manuel Álvarez" organizado por la Sociedad La Montera en colaboración con el Ayuntamiento de Langreo y el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. El acto logró atraer a un numeroso público que quiso conocer de primera mano el trabajo de los 46 militares y 12 guardias civiles desplazados a Nepal pocos días después del seísmo que el 25 de abril de 2015 asoló el valle de Langtang, causando una profunda catástrofe de la que los nepalíes se siguen recuperando.

Rivero, que ya había visitado la zona en ocho ocasiones "durante mis vacaciones y para practicar trekking fundamentalmente", fue seleccionado para formar parte del contingente que acudió al país a gestionar la búsqueda de los siete españoles desaparecidos. En Langreo comenzó su intervención explicando cómo fue su llegada a la capital del país, Katmandú, y de qué modo sus esperanzas de encontrar gente con vida se vinieron abajo cuando las autoridades nepalíes les comunicaron que "todo estaba arrasado".

El valle de Langtang, situado a unos 60 kilómetros al norte de Katmandú era uno de los destinos más populares del país, elegido por miles y miles de personas cada año para practicar senderismo. "La intensidad del terremoto fue brutal y alcanzó una escala de 7,9 grados, lo que provocó que un alud proveniente del pico Langtang Liru sepultase los más de 55 albergues para montañeros que se encontraban en la aldea de Lantang", aseveró el conferenciante.

"Cuando pudimos sobrevolar el terreno, observamos que la desolación era total", expresó Rivero, al tiempo que aseguró que "aunque pensamos que era barro lo que veíamos, nos dimos cuenta de que se trataba de hielo. La imagen era impactante. "A causa del seísmo se rompió un glaciar y eso provocó una avalancha de nieve que arrasó lo que encontró a su paso de un modo brutal", recordaba. "Además la situación se agravó debido a la estrechez del valle que se convirtió en una verdadera ratonera", tal y como expresó Rivero. "Se calcula que cayeron dos millones de metros cúbicos de hielo y que el brutal impacto originó una onda expansiva de unos 7,6 kilotones, más o menos la mitad que la bomba de Hiroshima", enfatizó. "Una brutalidad".

El capitán de la Guardia Civil compartió con el público las sensaciones y vivencias de los once días que permaneció en Nepal. Una muestra de generosidad ante las dificultades y el caso que tanto él como sus compañeros de expedición vivieron en el país asiático. También mostró abundantes documentos fotográficos, algunos de una crudeza impactante, que dieron buena cuenta de la brutalidad de un seísmo que provocó la muerte de más de 9.000 personas y sumergió todavía más en la miseria "a un país que no tiene casi nada y que apenas ha podido limpiar las zonas afectadas, descartándose hoy por hoy emprender una reconstrucción debido a la falta de medios".

"El primer cadáver que encontramos fue el de la española Roser Palau, si bien no pudimos localizar a Sabino, Jesús, Ángel y Egidio, los cuatro asturianos que buscábamos, ni a la pareja formada por Isabel y Mixel. A día de hoy, después de encontrar el cuerpo de Isabel, las otras cinco personas se dan por desaparecidas", lamentó el capitán de la Benemérita.