"Ah, sí, 'El abecedario'. Lo hacían en mi clase de sexto". Replica Rocío Espinoza, una joven lavianesa de 14 años, cuando le preguntan por el "juego" que se ha popularizado en las últimas semanas en el concejo de Mieres. Un "juego" poco divertido y con reglas sádicas: un niño tiene que recitar el abecedario y decir una palabra con cada letra, mientras que otro le rasca con fuerza en el dorso de las manos. Deja heridas en carne viva y tiene variantes aún más agresivas, en las que se rasca con un objeto punzante. La aparición de varios casos en el Caudal, en niños de edades comprendidas entre los 7 y los 10 años, ha hecho saltar todas las alarmas. La Consejería de Educación exige a los centros que extremen la vigilancia para erradicar la práctica. Los padres, de momento, reaccionan con temple: "Son cosas de niños, modas pasajeras, pero hay que vigilar", señaló ayer Yésica Valdés, madre de Rocío y una de las asistentes al V Congreso de Familias Wi-Fi en Laviana.

"El abecedario", que surge en plena polémica por la "ballena azul" -un juego que se ha relacionado con el suicidio de varios jóvenes-, no aparecía en el programa oficial del congreso. Pero era el tema central en los corrillos en la Casa de Cultura de Laviana. "Compañeros míos sí jugaban a eso", admite Espinoza. Ella nunca lo practicó: "A mí no me gusta hacerme daño, no sé por qué otras personas lo hacen".

- ¿Alguien obligaba a los niños a jugar?

-No, cada uno lo hacía si quería. Decían que les divertía.

Esta afirmación de Espinoza no contenta a la Asociación contra el Acoso Escolar. Encarna García, presidenta de la entidad, asegura que el "juego" de "El abecedario" está ligado al acoso escolar (también conocido como bullying): "Hay un niño o una niña que es un líder y obliga a otros a hacerse las heridas. Tienen que hacérselas para entrar en un 'club', según explicó uno de los niños afectados". El niño cuyas heridas, en carne viva y en el dorso de las dos manos, hicieron saltar todas las alarmas. Tiene ocho años y es alumno de un colegio concertado en Mieres, al principio no quiso contar a sus padres qué estaba ocurriendo.

Los padres que acudieron ayer al Congreso de la Familia, y que compartieron su punto de vista con LA NUEVA ESPAÑA, coinciden en que no hay que generar alarma: "Son modas, pero hay que dejar claro a los chavales que los juegos son para divertirse y no para hacerse daño", señaló Yésica Valdés. Asienten en su entorno, pero lo cierto es que está en un grupo de padres y madres de alumnos de Secundaria.

¿Qué pasa cuando los niños son más jóvenes? Corina Chaves, presidenta del AMPA del CRA Alto Nalón y mamá de dos niños de Primaria, no se lo toma con tanta calma: "Yo creo que, si eso llega a ocurrir, hay que acudir a un profesional. Me asustaría mucho si viera a mis hijos llegar con lesiones a casa", afirmó.

Las heridas son cada vez más grandes, muestra de una práctica cada vez más violenta. Eso afirman desde la Asociación contra el Acoso Escolar: "Se dice que a esto ya se jugaba antes, pero no es verdad. Antes eran unos pellizcos de nada, ahora son auténticas torturas", afirma García, que pone a disposición de los afectados al equipo de psicólogos y abogados de la asociación.

Respuesta inmediata para un problema que consideran "grave". En la Consejería de Educación no han recibido aún ningún aviso oficial, ya que "los centros tienen la capacidad y solvencia de atajar estos casos". Exigen a los responsables de los colegios, eso sí, que "extremen la vigilancia y el control sobre las relaciones". La Consejería también lo hará. Además, reclaman la aplicación del protocolo contra el acoso escolar, recogido en un manual estandarizado.