Los responsables del Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN) alertaron ayer de que la falta de fondos para adquirir equipos está "frenando el desarrollo" del centro, que desembarcó en el verano de 2014 en el edificio tecnológico del pozo Entrego. Ramón Torrecillas, director del CINN, esgrimió que la instalación carece del "equipamiento básico" para que los científicos puedan realizar su labor investigadora, por lo que la norma habitual es que el personal tenga que recorrer "35 o 40 kilómetros" para poder realizar pruebas en otros centros de la región. Torrecillas también reclamó fomentar las plazas fijas entre los trabajadores del centro, con el objeto de frenar la fuga de cerebros e impulsar nuevas líneas de investigación.

El centro de Nanotecnología es una entidad mixta de investigación creada en 2007 por iniciativa del CSIC, el Principado y la Universidad de Oviedo. Combina la investigación interdisciplinar de alta calidad con actividades de demostración científico-tecnológicas y también tiene entre sus objetivos la creación de nuevas empresas de base tecnológica. Torrecillas indicó que el centro no dispone de los medios "más elementales de investigación que tiene cualquier centro como equipos de caracterización de polvos, de análisis térmico diferencial o termogravimétricos. Son máquinas que tienen multiplicados por tres y por cuatro otros centros. Nosotros no tenemos ninguno", argumentó Torrecillas. Y añadió: "Tenemos que recorrer 40 kilómetros hasta otros centros para hacer pruebas que ellos pueden obtener en cinco minutos".

La aportación del Principado y del CSIC para los gastos del centro es de 70.000 euros al año cada uno. El CINN obtiene la mayor parte de su financiación de las captación de fondos privados gracias a los convenios de investigación suscritos con empresas de España y el resto de Europa. La cifra se mueve entre los 500.000 y 1.000.000 euros. El centro cuenta con más de medio centenar de investigadores y la mayor parte de los sueldos se pagan con fondos propios. "En época de vacas gordas teníamos una gran capacidad de captar fondos para investigación de empresas, pero ahora, con vacas más flacas, es muchísimo más difícil. El CINN, con el equipamiento necesario, puede ser competitivo y generar recursos, pero no podemos hacerlo todo a la vez. Sacar dinero de las empresas para equipamiento, para personal y para trabajar, esto es imposible".

Torrecillas afirmó que, "si esto sigue así no podremos crecer nunca y es una pena porque este centro podría aportar a Asturias una barbaridad". Y precisó: "El problema es que protestamos muy poco. Queremos que se nos valore por lo que aportamos. Nos tratan como al burro al que cada vez dan menos de comer. El burro no dice nada y sigue trabajando, pero al final burro se muere. Seguimos trabajando porque somos muy burros. Hay gente muy buena y con voluntad de hacer cosas, pero nos la estamos jugando porque al final se van a ir".