Al final se dieron un apretón de manos, pero el relevo al frente de la alcaldía de Morcín cristalizó ayer al frío de un áspero y tirante debate. Hubo un pequeño lugar para las emociones, si bien la moción de censura planteada por IU no buscaba mostrar el lado más tierno y amable de la política. Mino García se convirtió en el nuevo regidor al forzar la salida del socialista Jesús Álvarez Barbao, que ayer dejó el cargo visiblemente emocionado y con un legado de 13 años al frente del Ayuntamiento. Como estaba previsto, Somos y los independientes de AMI apoyaron el nombramiento del exsindicalista de CC OO. El PP se abstuvo. Por tanto, el PSOE se quedó sólo y las leyes cuantitativas de la democracia dictaron sentencia. Seis contra cuatro y cambio de alcalde.

Media hora antes del inicio de la sesión plenaria ya estaban todas las butacas del público ocupadas. Aún así, siguió entrando gente hasta que la sala se llenó. Simpatizantes de unos y otros mezclados. Hubo tensión, pero se guardaron las formas. Aún pese a los muchos reproches, los concejales también se mantuvieron en los límites de la corrección. Todo se desarrolló según el guión previsto. "Me voy a la oposición con la conciencia tranquila, con la serenidad de haber transmitido a mis vecinos esa cercanía y esa honestidad que siempre me inculcó mi familia desde niño", señaló el regidor saliente, visiblemente emocionado, al termino del Pleno. Las lágrimas llegaron a asomar tímidamente en los ojos de Álvarez Barbao, sobre todo al acordarse de su padre, recientemente fallecido y concejal durante el primer mandato democrático. Lo pasó mal durante la sesión, sudando ostensiblemente por momentos. Aún así, defendió su gestión con entereza. "Ha sido buena, honesta y honrada", subrayó.

Mino García fue quien abrió el Pleno y lo hizo algo nervioso, aunque según fue hablando se fue tranquilizando. Le recordó al PSOE que ellos llegaron a la alcaldía en su momento en un escenario similar al actual, tras no superar el PP una moción de confianza. Defendió sus argumentos convencido de que Morcín necesita un cambio de rumbo político: "Nos basamos única y exclusivamente en motivos políticos, ante una gestión sustentada en unas decisiones personalistas y arbitrarias, en unas ocasiones, y, en otras, marcadas por la dejadez y la incompetencia", señaló. Y añadió, dirigiéndose al regidor saliente: "Su gestión está dejando al concejo en un estado de abandono y ostracismo difícil de soportar, al menos, para los que nos sentimos parte de esta tierra pero nunca dueños de sus instituciones". El nuevo alcalde remarcó tras asumir el cargo que su hoja de ruta estará marcada por tres principios: "el bien de nuestro concejo y sus vecinos, el diálogo en busca del mayor consenso y la transparencia".

Números dirigentes comarcales del PSOE y de IU asistieron ayer al Pleno. La portavoz de Somos, María García, le hizo una concesión a Barbao: "Aquí no hay casos de corrupción". A continuación llegó la crítica: "Hemos pasado del optimismo inicial a una desalentadora decepción. Ignorábamos cuanto de falso había en las palabras iniciales del alcalde". El PP, por su parte, se abstuvo: "El relevo es deseable, pero IU nos ha despreciado y humillado en Aller y no podemos votar a favor", puntualizó el edil Luis Felipe García.

Jesús Menéndez, edil de AMI, tuvo ayer un protagonismo importante en el Pleno. La formación independiente dudó inicialmente a la hora de apoyar la moción de censura. De hecho, el respaldo a IU ha fracturado a la agrupación y una parte de sus afiliados pretenden expulsar a Jesús Menéndez, según subrayaron ayer mismo de nuevo. El concejal se mantuvo firme: "Tras analizar y debatir, entendimos que esta moción aportaba una nueva salida para sacar al ayuntamiento del pozo en el que está metido. A partir de ahora seguiremos velando por el bien del concejo". Los momentos más tensos de la sesión coincidieron con la intervención del portavoz del grupo socialista, Fernando Alonso, que incluso fue increpado por los simpatizantes de IU cuando hizo referencia al reciente accidente de bicicleta que sufrió Mino García, un comentario que algunos valoraron de mal gusto. Cuando menos pareció innecesario. Defendió la gestión, dedicando varios minutos a enumerar las obras y proyectos ejecutados: "Barbao ha estado cuatro mandatos al frente del consistorio y hasta este año no ha dejado de aprobar unos presupuestos pese a estar siempre en minoría. Sin duda una prueba de su poca capacidad para la negociación y el diálogo", señaló.