"Estamos consternados y la familia destrozada". Así reaccionaban ayer los vecinos de A. G. M., el hombre de 68 años que falleció ayer tras precipitarse desde un tercer piso cuando estaba arreglando una de las persianas de su vivienda. El fuerte impacto contra el suelo resultó fatal y los servicios sanitarios solamente pudieron certificar su fallecimiento. El suceso causó un gran revuelo en todo el vecindario y no fueron pocos los que se asomaron a las ventanas mientras la Policía realizaba las inspección ocular y tomaba declaración a los vecinos.

Todo parecía una mañana normal en el tercer piso del portal 14 de la urbanización que se levanta en calle Avenida de México de Mieres. En torno a las diez, A. G. M., un minero jubilado, que en esos momentos se encontraba con su esposa y uno de sus hijos en el domicilio, decidió arreglar una de las persianas de la casa que se había atascado. Según explicaron fuentes de la investigación, aunque ambos intentaron disuadirle por la peligrosidad de la tarea, decidió realizarla. En una maniobra, el hombre resbaló y acabó precipitándose por la ventana.

Ante las voces de auxilio de su esposa y su hijo, fue un vecino del mismo portal el primero que acudió a socorrerlo. "Fue un golpe terrible. Escuché como una explosión, pensé que había sido una bombona, pero luego escuche los gritos y ya lo vi yaciendo en el suelo", señaló este hombre, que quiere revelar su identidad. Explica que mientras su esposa atendía a la esposa de la víctima, él bajó al patio. "Lo que hice fue ponerlo de lado, la postura que dicen en la que hay que colocar a los heridos", señalaba el hombre, aún nervioso por lo vivido. Todavía respiraba, explica. Sin embargo, cuando llegaron los servicios sanitarios, A. G. M. ya había fallecido. Trataron de reanimarlo, pero solo pudieron certificar su defunción.

Varias patrullas del Cuerpo Nacional de Policía adscritas a la Comisaría de Mieres se acercaron hasta el patio de la urbanización, donde yacía el cadáver de la víctima. Tanto en el patio como en el piso recabaron pruebas y tomaron declaración a los testigos. Fuentes consultadas por este diario apuntaron en todo momento que el suceso se había tratado de un accidente doméstico. Tras varios minutos, un vehículo de los servicios funerarios trasladó el cuerpo al hospital Álvarez-Buylla de Mieres, donde le fue realizada la autopsia. El velatorio se está llevando a cabo en el tanatorio de Mieres.

A. G. M. era muy conocido en el vecindario. "Era un hombre muy amable y muy jovial", señaló a este diario uno de sus conocidos nada más enterarse del triste suceso. La víctima estaba jubilado de la mina. Tenía 68 años. Estaba casado con tres hijos.

El suceso levantó gran expectación entre los vecinos, no solo dentro de la urbanización -con numerosas personas a la ventana contemplando la escena-, sino también entre ciudadanos del barrio que se paraban y mostraban su sorpresa y pesadumbre por el fallecimiento de A. G. M.

El funeral por su eterno descanso tendrá lugar esta tarde, a partir de las cinco, en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Mieres y a continuación recibirá sepultura en el cementerio municipal.