Un vecino de la parroquia de Seana fue encontrado muerto el pasado jueves en su domicilio. Todo indica que el fallecimiento se produjo por causas naturales, mientras dormía, pero lo insólito del caso es que la defunción, según la investigación, se produjo a principios de año, hace por tanto unos seis meses. Pese a que esta persona, de 74 años, era muy conocida y no solía pasar periodos largos fuera del pueblo, nadie le echó en falta durante casi medio año. Una explicación puede encontrarse en la fría reacción del vecindario tras la aparición del cadáver: "No era una persona muy simpática ni sociable. No hablaba con nadie y era raro", apuntaron ayer conocidos del difunto. Otros mostraron un desafecto aún mayor: "Si no lo echó nadie en falta por algo será, ¿no? No puedo decir que me alegro, pero tampoco que lo siento", señaló un jubilado de Seana que tenía trato "de vista" con el fallecido.

La investigación abierta por la Guardia Civil no ha recabado ningún indicio que apunte a una posible muerte violenta. Todo apunta a que murió en su cama mientras dormía a causa de un fallo cardiaco. El fallecimiento se estima que ocurrió a principios de enero, muy posiblemente entre Año Nuevo y Reyes. Durante seis meses este mierense permaneció en su habitación, sin vida, y sin que nadie mostrara gran interés en su paradero. "Hubo vecinos que comentaron que no se le veía por la zona y que se preguntaban si algo le habría pasado, pero no pasó de simples comentarios", señalan en el pueblo. Y eso que en el mismo inmueble en el que residía el fallecido hay otra vivienda habitada. De hecho, fue finalmente la vecina que reside en la parte baja de la casa la que finalmente se puso en contacto con la Guardia Civil al percibir malos olores.

El pasado jueves un equipo de bomberos y agentes de la Guardia Civil se personaron en la vivienda. Tras forzar una ventana lograron acceder a la casa, donde el olor a descomposición orgánica era mucho más intenso que en el exterior. Encontraron el cadáver tendido en la cama. El examen judicial inicial descartó una posible muerte violenta, según explicaron fuentes de la investigación. A la espera del resultado de informe forense definitivo, todo apunta a que la muerte fue causada por un paro cardiaco.

Los vecinos explicaron ayer que el fallecido se había mudado a la vivienda pocas semanas antes de su desaparición. "Antes residía en la zona alta de la parroquia, en una casa con muy malos accesos, por lo que se trasladó". Al parecer el difunto llegó a Seana hace unos diez años: "La verdad es que no sabíamos ni de dónde era ni nada, ya que apenas nos dirigía la palabra", explicaron ayer portavoces del movimiento asociativo. Los vecinos aseguran que tenía un coche, pero lo dejaba estacionado en el casco urbano. La vivienda donde residía el fallecido se encuentra en las primeras rampas de la carretera de Seana, muy cerca de la vieja estación del Norte, en la periferia de Mieres, pero de fácil acceso caminando desde el centro.

"Tenía una especie de novia, pero era una relación muy rara", apuntan sus vecinos. Los familiares localizados por la Guardia Civil, según las fuentes consultadas, no se han querido hacer cargo del cadáver, asumiendo su custodia, en principio, el Juzgado.