Los senderistas de Riosa, Morcín y Mieres que participaron en la primera ruta carbonera por el valle de Loredo disfrutaron de una peculiar jornada cultural-deportiva que combinó historia, patrimonio arqueológico industrial y naturaleza con el fin de poner en valor el duro trabajo realizado cien años atrás por los vecinos de esta olvidada comarca, y a la vez reivindicar la señalización y promoción de este interesante recorrido.

Las localidades de Loredo, en Mieres; Villamerí, en Riosa; y La Figar, en Morcín, fueron los puntos de partida de cada uno de los tres grupos de senderistas que se unieron a las once de la mañana en el Collado de Plano, ubicado en los límites de Morcín y Mieres, para recorrer conjuntamente el itinerario guiado de la primera ruta carbonera del Valle de Loredo, que organizaba el colectivo de "Los Averinos".

La historiadora morciniega Mercedes Fernández, junto a José Luis Cabo Sariego, cronista oficial de Riosa, y José Luis Suárez García, integrante de la asociación "Los Averinos" de Loredo, fueron los encargados de ejercer como magistrales guías del recorrido. Enriquecieron a todos los participantes con detalladas y amenas explicaciones históricas en los distintos puntos de interés que en los que se iba deteniendo la marcha.

Desde Collado Plano el grupo de senderistas inicio el recorrido conjunto para visitar el antiguo "caleru" de La Boqueriza y desde allí se observaron también los vestigios de la "teyera", que operaba a principios del siglo pasado comandada por "los santanderinos". Posteriormente, descendieron hasta la boca este del túnel ferroviario de La Boqueriza que, en sus seiscientos metros de recorrido a través del piso octavo nivel 456, unía los valles de Riosa y Morcín con Mieres para transportar el carbón hasta el lavadero de La Pereda entre 1901 y 1916.

La siguiente parada fue en "La faya toma el agua", paraje denominado así porque era donde tenía lugar la captación de agua para las locomotoras de vapor que transportaban el mineral. Esta faya, de seis metros de perímetro y 228 años de vida, todavía sigue en pie aunque ya hayan desaparecido las máquinas.

Posteriormente, se visitaron Mina La Piñera, que suministraba principalmente estériles al resto de yacimientos carboníferos, y Ana María, punto neurálgico de las infraestructuras industriales de donde partían los planos inclinados que descendían hasta el lavadero de la Pereda.

Desde Ana María, en el nivel 456, hasta Galián, nivel 341, los excursionistas descendieron a través del plano de 24 grados de inclinación denominado también "plano de gochu" por el que bajaban los vagones de carbón mediante un sistema de contrapesos. En Galián aún se pueden observar los restos del edificio que albergaba la lampistería y desde allí se volvió a descender a través de otro plano inclinado hasta Reguera Grande, en el nivel 220. Una experiencia que nada tiene que envidiar a las atracciones de cualquier parque temático, pero en este caso rodeado de naturaleza e historia.

Reguera Grande también fue un punto estratégico del transporte y allí se ubicaban la casa del guarda, del capataz y de los mecánicos que trabajaban en la reparación y mantenimiento de las máquinas de vapor. De hecho, todavía se puede admirar el foso subterráneo existente para repararlas. Desde allí traslado hasta el Bullosu y bajada hasta La Pereda, donde estaban las principales instalaciones industriales de la sociedad Minas de Riosa 1899-1916 desde las que se transportaba a través del ferrocarril, una vez lavado el mineral, a distintos puntos de la región y de fuera de Asturias.

Finalmente, desde La Pereda los senderistas se desplazaron hasta Loredo por la antigua vía ferroviaria construida posteriormente entre 1917 y 1921 para unir La Pereda y La Foz de Morcín con el fin transportar el carbón de la sociedad Hulleras de Riosa. Atravesaron el túnel número uno construido en 1919 y la original construcción del puente de La Pasera. Llegada la expedición a Loredo tuvo lugar la comida de hermandad y la visita al aula del ferrocarril que hay en esta localidad mierense. Los excursionistas de Riosa y Morcín retornaron a sus puntos de partida a través de un servicio de autobuses contratado por ambos Consistorios.

Tras el éxito de participación alcanzado el pasado 21 de mayo en la primera senda guiada por las antiguas explotaciones de montaña de los concejos de Riosa y Morcín, que congregó a doscientos senderistas, y la segunda jornada, por la ruta carbonera del valle de Loredo, la plataforma ciudadana Amigos del Coto Minero de Riosa, Morcín y Loredo tiene previsto realizar una tercera marcha cultural-reivindicativa. Será después del verano, entre Porció, en Riosa, y Trubia. En 1846 se explotó en Porció el primer yacimiento carbonífero de la comarca para abastecer de su rica hulla grasa a la Fábrica de Artillería de Trubia dirigida entonces por el teniente coronel Elorza. El transporte del mineral se realizaba en los denominados "tranvías de sangre", que eran carretas tiradas por bueyes que se detenían durante el recorrido en distintas casas de postas de los municipios de Morcín y Ribera antes de llegar a Trubia. Sin duda, otro interesante y atractivo recorrido.