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DAVID ÁLVAREZ GONZÁLEZ | Nuevo coordinador de IU de Langreo

"Llamazares y alguno más estarían a gusto teniendo el diputado que le falta al PSOE"

"Estoy de acuerdo con la confluencia con Podemos; estamos para cambiar la sociedad y para ello hay que tener poder en las instituciones"

David Álvarez, en la calle Dorado de Sama. J. R. SILVEIRA

David Álvarez González (Langreo, 15 de agosto de 1972) es el nuevo coordinador de Izquierda Unida (IU) de Langreo. La suya fue la única candidatura que se presentó al cargo. Sustituye en el puesto a Benigno González, que dirigió la coalición en el concejo desde el año 2008. Es trabajador del área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Laviana, en el que es presidente de la junta de personal por el sindicato CC OO.

-Valore el mandato de su predecesor en el cargo de coordinador de IU en Langreo.

-Vivimos en un periodo reciente una ruptura muy importante, que acabó desembocando en dos candidaturas a las municipales (IU y Frente de la Izquierda). En los últimos años los problemas se han solucionado y la situación interna está pacificada. Y en las últimas elecciones se logró la Alcaldía, con un gobierno conjunto con Somos. Estamos en una situación muy distinta a la de hace unos años, mucho más favorable.

-¿Por qué no hubo más candidatos?

-En cierto modo generé consenso entre los distintos sectores de la organización. Se buscaba también no tener mucho enfrentamiento, queremos superar las guerras anteriores y aunque haya diferencias, que sean por cuestiones políticas, no por cuestiones del pasado.

-Gobiernan en Langreo, en Mieres, Castrillón, Lena...

-A nivel municipal hay bastante fuerza. Pero a nivel nacional se da una paradoja, IU siempre tiene mejores resultados en el ámbito local que estatal. Fuimos incapaces de lograr lo que consiguió Podemos en un momento dado, atraer a la gente que estaba totalmente desilusionada con la política, la juventud, desencantados del PSOE...

-¿Apuesta entonces por la confluencia con Podemos?

-La apuesta de la última asamblea general y en la regional de IU apuesta por ella, yo estoy totalmente de acuerdo. No estamos en política para tener un número de concejales o diputados para poder negociar alguna cosa, que parece que es el planteamiento de alguno...

-¿Por alguno se refiere a Gaspar Llamazares?

-Por ejemplo Llamazares y alguno más, que estaría muy a gusto teniendo el diputado que le falta al PSOE para negociar dos cositas en el parlamento autonómico. No estamos para eso. Estamos para transformar la sociedad, y para ello hay que hacerse con el poder dentro de las instituciones. Vivimos en una oportunidad histórica, en parte por la crisis económica, por la decepción con el sistema político corrupto que representan el PP y el PSOE, pero también los nacionalistas catalanes o el PNV. IU tiene que aprovechar esto, llegar a acuerdos con otras gentes y cuando se habla de confluencia, no es solo de IU y Podemos, hay que abrirlo a los movimientos sociales y democratizar la sociedad.

-¿Y cómo se logra esa democratización?

-Hay que aprobar las leyes adecuadas, si no lo haces no influyes en la economía, en el mercado de trabajo... Los acuerdos a veces son más complicados de lo que parecen. A nivel de Asturias hay la sensación de que IU es algo intermedio entre Podemos y el PSOE, cuando realmente estamos a la izquierda de Podemos casi siempre, si se examinan las votaciones en cualquier parlamento.

-Un ejemplo de los pactos de los que habla está aquí mismo en Langreo, entre IU y Somos, ¿cómo valora este gobierno?

-La valoración general del pacto es positiva, porque a diferencia que en otros sitios, los problemas lógicos de funcionamiento se solucionan hablando, internamente. Ves a veces lo que ocurre en Oviedo y parece que hay una competencia, al menos esa sensación se transmite, a ver quién vende más. Aquí se funciona conjuntamente, se reúnen constantemente, es una dinámica positiva, aunque a veces se pueda meter la pata. Siempre se puede mejorar. Ahí están los grandes proyectos pendientes, en los que el Ayuntamiento puede hacer una labor reivindicativa, pero poner partidas económicas para solucionarlos es imposible. Y lograr la colaboración de otras administraciones a veces es complicado.

-Hablando de estos grandes proyectos, ¿cómo ve el soterramiento de las vías de Feve?

-Estamos en un proyecto en el que el Gobierno central y el Principado llevan años pasándose la pelota. Empezó con la obra civil, parcial, con fondos mineros, que cuando se eliminaron se habían gastado solo 20 millones. Luego fue pagándolo el Principado por su cuenta pero con cuentagotas, con un proyecto desastroso que no tuvo en cuenta cuestiones de obra simples, como que había un arroyo que pasaba por allí. Y quienes lo padecen son los vecinos de Langreo.

-Está aún por decidir quién paga las vías, las catenarias... y sin ellas no sirve para nada.

-El agujero se termina en breve, pero esta fase posterior, incluso con la urbanización, que sin ella no se soluciona nada, no tiene compromiso. Por lógica debería ser el Estado central quien debería hacer la infraestructura ferroviaria y el Principado la urbanización posterior, el paseo, para que todo quede bien. Y no hay compromiso. Y el futuro de la línea de Feve nos genera dudas, con la bajada tremenda de pasajeros. La obra del soterramiento y el traslado de la estación de Gijón tienen mucho que ver en esta caída.

-Hablando de fondos mineros y del sector del carbón, en Langreo ya no quedan pozos activos...

-En Langreo y en las Cuencas hablamos poco de la situación peculiar en la que estamos. Con la crisis parece que somos una parte más de los afectados, cuando realmente nuestra situación, antes de la crisis, ya era terrorífica. Vivimos de las jubilaciones y las prejubilaciones. Nos hemos quedado sin industria y sin minería.

-¿Y qué se puede hacer?

-El cierre de las minas es una barbaridad, porque consumimos como 19 millones de toneladas de carbón importado en España. Y el importado contamina más, porque hay que transportarlo, y no crea apenas puestos de trabajo. Llevamos el pecado a cuestas. Mientras discutíamos cómo se iba a prejubilar la gente y de los fondos mineros no se hablaba del mantenimiento del sector, que es necesario por soberanía energética. La UE fuerza el cierre en 2018, y en 2010, cuando se aprobó, CC OO convocó una huelga en solitario que no tuvo demasiado éxito. Algunos ahora se rasgan las vestiduras y entonces no defendieron la minería. Hay que plantear más movilizaciones, las minas están ya cerradas casi. En Langreo no queda nada. Las empresas industriales con más empleo apenas superan los cien trabajadores. Esto influye también en la crisis demográfica. Aunque ahora con la crisis, ya casi no hay donde ir.

-¿Pueden plantearse soluciones?

-Lo que no hay es una solución mágica. Sí hay un montón de pequeños temas que hay que hacer. Parto del punto de que hay que enfrentarse a la UE, planteando reabrir la minería, no a niveles de antaño, pero sí explotando bien los pozos. Implicar a las administraciones en atraer a las empresas que puedan ser de futuro, no siempre con subvenciones, que ya se vio como funcionaron en algunos casos. La participación pública en las empresas tampoco es un pecado. Y a nivel de pymes, no se les han dado nunca las mismas facilidades que a otras. También está la regeneración urbana. Estuvo el hospital de parapléjicos, era un gran proyecto, por el que hubo movilizaciones.

-De esas protestas acabó surgiendo el proyecto del centro de discapacitados Stephen Hawking...

-No tenían nada que ver, pero se concedió este proyecto como respuesta a las protestas. Parecía que se iba a poner en marcha, pero se sigue alargando, y no doy nada por hecho. Es otro ejemplo de despilfarro de recursos, se hizo, se abandonó, hubo que repararlo... Lo que también esperamos es que tenga una gestión pública. El Gobierno central planteó una fórmula privada... y sus contenidos siempre han sido muy difusos. En la atención a personas con discapacidad hay muchas necesidades.

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