El verano de 2017 no será tan festivo como otros años en la comarca del Nalón. Algunos de los principales festejos del Valle están en el aire y corren serio peligro de no celebrarse por la falta de fondos o de entidades organizadoras. En concreto, a fecha de hoy, no hay perspectiva de que las fiestas de La Laguna en El Entrego (que suelen desarrollarse a mediados de julio) y las de la Virgen del Otero (un mes después) vayan a celebrarse. En Sama, los propios promotores de las fiestas de Santiago reconocen que "de momento, los números no salen", mientras que el Agrofilm Festival del parque de Redes ya ha pasado a la historia.

El caso de las fiestas de La Laguna se veía venir desde finales del año pasado, fecha en la que la Sociedad Cultural y de Fiestes L'Entregu -responsable de la organización de los principales festejos de la localidad durante los trece años anteriores- culminó su proceso de disolución. Los acontecimientos se precipitaron por la falta de apoyos. Después de una junta de socios, los responsables de la entidad decidieron no seguir y dieron un plazo de un mes para que se presentaran posibles candidatos dispuestos a hacerse cargo de la entidad. No hubo respuesta. Finalmente, la junta directiva tramitó la baja del registro de asociaciones y donó los fondos existentes a una entidad sin ánimo de lucro.

La directiva liderada por Hildegart Blanco tomó la decisión de presentar su dimisión ante los desacuerdos con el sector hostelero y como consecuencia de la falta de colaboración e implicación de la mayor parte de los socios, según indicaron al echar el cierre a la entidad. La sociedad se ocupaba de organizar las fiestas de La Laguna, el Alcuentru medieval, el Carnaval, el Descorche y las jornadas de Les Cebolles Rellenes y contaba con 600 socios cuando desapareció.

Algunas de esas fiestas, como el Alcuentru medieval, que solía desarrollarse en junio, y el Descorche ya han desaparecido y las cosas no pintan mejor para la siguiente fiesta del calendario en El Entrego, los festejos de La laguna, que deberían celebrarse el fin de semana del 15 de julio. "A fecha de hoy nadie ha contactado con el Ayuntamiento para solicitar los permisos ni hubo ningún contacto con entidades o vecinos interesados en organizar las fiestas", explicaron ayer desde el gobierno local de San Martín, para añadir a continuación: "Todavía habría tiempo si alguien decidiera ponerse al frente del festejo, pero tampoco hay mucho margen". El Ayuntamiento tampoco tiene previsto hacerse cargo de la organización del evento.

Algo similar pasa en Laviana, donde las fiestas de Nuestra Señora del Otero están en el aire y sin garantías, por el momento, de que vayan a celebrarse. Los festejos se desarrollan en el entorno del 15 de agosto. Este año deberían abarcar el fin de semana previo ya que el siguiente, el 19 de agosto, tendrá lugar el Descenso Folklórico del Nalón.

El pasado año una comisión de festejos integrada por vecinos de Laviana se hizo cargo de la organización de las patronales de la Pola, pero esta vez todavía no han movido ficha. Sara Alonso, edil de Festejos de Laviana, expuso ayer que "por el momento no tenemos confirmación oficial de que vayan a organizarlas; por ahora no hay nada", esgrimió la edil lavianesa, que manifestó su intención de reunirse próximamente con los integrantes de la comisión para conocer sus intenciones: "Queríamos esperar a que pasaran las fiestas de San Juan para reunirnos con ellos. Todavía estamos a tiempo de que puedan organizarse".

En Langreo, la Asociación Hostelería de Sama se ocupa de organizar Santiago desde 2015, tras la desaparición de la sociedad de festejos. Sin embargo, la recaudación de fondos a través de las contribuciones vecinales y de los anunciantes del porfolio no están marchando según lo esperado, según indicó Ascensión Verdejo, portavoz de la entidad. La falta de recursos amenaza la fiesta y la calidad y cantidad de los actos. "Este año vamos muy justos. Necesitamos todo el apoyo posible porque, de momento, los números no salen. No es sólo que hayan bajado las contribuciones sino que la gente espera hasta el último momento y eso nos mata porque nosotros tenemos que hacer un presupuesto; no podemos gastar lo que no hay".