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Un bien cultural con nido de víboras

El vecindario de los cuarteles de Santa Bárbara, incluidos en el BIC de Bustiello, denuncia el abandono del pueblo, plagado de culebras y ratas

Jesús Cabo y Tuñón, en el pueblo, junto a una alcantarilla sin arqueta.

La inminente declaración de Bustiello como Bien de Interés Cultural (BIC) no sólo contempla la protección del distinguido poblado minero impulsado por el Marqués de Comillas a finales del siglo XIX. También incluye la custodia, como elementos de gran valor, de todo el entorno de esta joya del paternalismo industrial, incluidos los cuarteles de Santa Bárbara, un pequeño asentamiento de casas bajas que muy pronto cumplirá cien años. Los vecinos de este barrio, situado ya en la frontera con el concejo de Aller, denuncian el abandono que sufre este histórico espacio residencial, habitado principalmente por veteranos mineros jubilados. Se han acostumbrado a convivir con ratas y culebras,

Joaquín Tuñón es uno de los portavoces de la comunidad. "Nos sentimos totalmente abandonados y son muchas las carencias que sufrimos", explica este nonagenario, que no entiende que un asentamiento centenario que pronto será BIC reciba tan poca atención por parte del Ayuntamiento de Mieres. Las quejas se centran en la falta de mantenimiento y deficiencias que presentan tanto los viales públicos que estructuran el barrio como la amplia área recreativa que se encuentra entre los cuarteles de Santa Bárbara y el poblado de Bustiello. "Está todo destrozado y no se cuida. El parque se ha llenado de ratas y culebras que nos entran en las casas", señalan los vecinos.

Este malestar será canalizado por el PP en el próximo Pleno municipal, solicitando actuaciones en la zona. El pueblo se estructura sobre dos hileras de viviendas que se alinean en torno a una calle central y dos laterales, viales cuya capa de asfalto presenta numerosas deficiencias . La concejal Beatriz Llaneza denuncia que cuando se urbanizó el enclave hace una década "no se llevó a cabo la mejora de las redes de saneamiento ni se instalaron las arquetas pertinentes, por lo que los atascos continuos en las viviendas obligaron a los vecinos a su instalación a posteriori y a su costa".

Estos mierenses también se quejan de la deficiente canalización de las aguas pluviales. "Al no existir red de captación se acumula el agua cuando llueve provocando grandes charcos en las calles y también en la plazoleta que impide caminar por ellas con normalidad e, incluso, en ocasiones que el agua filtre hacia las viviendas", señalan los vecinos. En cuanto al área recreativa, el escenario que dibujan las familias es tremendo: "No se siega, hay víboras y roedores, papeleras llenas y bancos tapados por la maleza", denuncian.

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