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JOSÉ RAMÓN CEÑERA | Consejero delegado del grupo El Arco

"Los economatos mantendrán el horario e introduciremos productos frescos"

"Hunosa tiene negocio alrededor de la mina y es lógico que con la presión competitiva de hoy en día tuviera dificultades en las tiendas"

José Ramón Ceñera, ayer por la tarde, en las oficinas de El Arco en La Felguera. FERNANDO RODRÍGUEZ

José Ramón Ceñera es la segunda generación de su familia en el accionariado de El Arco. Su padre, Adolfo Ceñera, junto a Víctor Ordóñez, abrían hace 30 años la primera tienda del grupo en Sama. En 1993, se incorporaban al accionariado Álvaro Peón y Jesús Rodríguez. Y desde entonces El Arco no ha hecho más que crecer. Abrió tiendas en Gijón, Avilés, y las comarcas mineras. Luego se expandió a Castilla y León. Hoy, tres décadas después de abrir una pequeña tienda en Sama, la empresa acoge bajo su manto a más de 600 trabajadores y más de un centenar de tiendas, con las marcas El Arco, La Quintana, Pingu y En su Punto. Ahora añaden una más, El Economato. Y es que la última operación ha sido de calado: adquirir los centros comerciales de Hunosa.

- La empresa cumple 30 años. Se han hecho un buen autorregalo: 12 tiendas y casi 100 empleados más de los economatos.

-La verdad es que no contábamos en un principio con el "regalo". Hace unos meses vimos la operación y en ese momento no era el adecuado. En enero de 2016 nos acabábamos de hacer con la cadena Pingu y habíamos hecho una inversión muy grande.

- ¿Cómo surgió la idea de hacerse con los economatos?

-Con el paso de los meses fuimos valorando la operación. Y lo hicimos desde un punto de vista social. Valoramos que había una marca que iba a desaparecer, porque cualquier otro operador que viniese seguramente no la habría mantenido. Y también de cara a nuestra propia expansión. Queríamos dar un paso más y tener un formato nuevo de negocio. Nosotros tenemos un 80 por ciento de fresco y queremos buscar un contrapeso. Y surgió esta posibilidad.

- Y se presentaron entonces a la segunda fase.

-Asistíamos perplejos a la desaparición de una marca que nos parecía que tenía tirón. Entramos a la segunda licitación estudiando los datos económicos y haciendo un plan de negocio, y con los datos que son salían al final fuimos a por ello.

- ¿Fue difícil ponerse de acuerdo entre los cuatro socios?

-Somos casi como una familia. Llevamos 30 años juntos y quieras que no la vida nos lleva en una dirección. Cuando tomamos decisiones así vamos los cuatro a una. Difícil no, pero es verdad que hay veces que piensas más con el corazón que con la cabeza. Nosotros, todos nosotros, de pequeños comprábamos en el economato, sabemos que está muy arraigado en las Cuencas. Y se nos ha abierto la posibilidad de relanzarlos.

- En 2013, Hunosa decía que tenía previsto ahorrar 3 millones al año con los economatos, que eran las pérdidas que les generaban. ¿Cómo se atreven a entrar con esa situación?

-Llevamos 30 años operando establecimientos de alimentación y creemos que tenemos los parámetros de gestión suficientemente controlados y probados como para adentrarnos en un negocio que siendo diferente tiene similitudes con el nuestro. ¿El caso de Hunosa? Tienen un modelo de negocio alrededor de la mina y es lógico que con la presión competitiva en los mercados hoy en día tenga dificultades en este otro sector.

- Además de los once economatos por los que pujaron, también asumirán el de Bimenes. ¿A qué se debe?

-Es una zona en la que la gente no iba a tener muchas alternativas para comprar. Lo estudiamos y viendo la cifra de negocio y cómo se desarrollaba en esta zona, puede ser interesante. Además, también entra el componente social.

- El caso de Ciaño fue diferente...

-Es una zona en la que teníamos una duplicidad insalvable, porque además se daba con un franquiciado. Si hubiera sido con una tienda propia, igual podíamos haberlo arreglado, pero en el caso de Ciaño no vamos a perjudicar a ningún franquiciado.

- El funcionamiento, hasta ahora, de los economatos, era algo peculiar dentro del sector comercial, con horarios de mañana solamente. ¿Qué van a hacer ustedes?

-La próxima semana explicaremos en cada uno de los centros los proyectos que tenemos y cómo los vamos a desarrollar. Pero en esencia, se van a mantener los horarios actuales de apertura por las mañanas,y se ampliará sólo a los sábados por la mañana. En un principio, queremos dejar todo como está y que si se lleva toda la vida trabajando con este horario, el cliente habitual del economato seguirá esa misma tónica.

- ¿Se van a mantener los beneficios para los trabajadores de la empresa?

-Estamos estudiando el sistema informático que nos permita ofertar algún tipo de descuento. La idea es la de crear una tarjeta de fidelización, tipo tarjeta cliente, para poder ofertar a todos esos colectivos un descuento. Aún estamos estudiando cuánto va a ser, porque no lo tenemos cerrado, pero sí que esa es la idea.

- Hay otra cosa que preocupa a los usuarios y es si se mantendrá el área de textil. ¿Qué me puede decir?

-Se va a mantener, prácticamente igual que lo que hay ahora. E incluso puedo decir que incluso añadiremos algo de moda, no solo ropa interior y calzado. Aumentaremos un poco esta línea de negocio. Es verdad que nuestro negocio es otra cosa, la alimentación, pero todo el mundo nos ha hablado y se ha interesado por el textil y vamos a mantenerlo.

- ¿Tienen previsto aumentar la plantilla?

-Por el momento, lo que nos indican los pliegos de condiciones es que hay que mantener la plantilla. A partir de ahí, no descartamos un incremento. Estamos estudiando en qué economatos podemos implantar las secciones de fresco, es decir, carnicería, pescadería y charcutería. A partir de ahí se evaluará un posible aumento de plantilla. Pero todo ello irá en función de la facturación de cada economato, lo que además nos dará la opción de decidir si va en formato de mostrador o en formato de envasado.

- En un contexto difícil como el que hay en las comarcas mineras, ¿qué les ha llevado a quedarse con estos centros comerciales?

-Entre otras cosas, esta operación nos sitúa en una posición muy importante a nivel de distribución en Asturias. Prácticamente, nosotros nos situamos entre los tres primeros operadores con capital asturiano en disposición de ir compitiendo y creciendo. Lo que nos lleva a hacer esta inversión es una apuesta de futuro para el grupo El Arco.

- Con esta operación y la plantilla que asumen, se convierten en una de las empresas más importantes de los valles mineros en volumen de empleo. ¿Es una apuesta por las Cuencas?

-Es una responsabilidad muy grande, social y con nuestros clientes. Si estamos donde estamos hoy en día es gracias al apoyo y el respaldo de nuestros clientes durante treinta años. Nos sentíamos un poco en la obligación de no dejar desaparecer los economatos. Algo así como una forma de agradecimiento a nuestra clientela, que siempre ha sido fiel con todas nuestras marcas. Además, los cuatro socios viven y trabajan en las Cuencas, lo que es una particularidad muy importante, porque conocemos de primera mano lo que es y lo que significa el economato.

- ¿Qué plazos barajan para la apertura?

-Vamos a respetar los planes de vacaciones que tiene cada economato. Lacera va a operar todavía hasta el 31 de julio. Y la idea que tenemos es que la primera semana del mes de agosto estaremos en disposición de operar.

- ¿Se va a cerrar para el cambio de titularidad?

-En principio no. La idea es dar servicio de manera continua sin falta de clausurar ninguna tienda. Otra cosa es que más adelante veamos que es necesario hacer alguna obra y tengamos que cerrar alguna tienda. Pero en ningún caso va a suponer más de una semana. Además, los propios horarios de los economatos, al cerrar por las tardes, juega a favor de poder afrontar así cualquier reforma.

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