-Yo lo único que quiero es ganarme la vida honradamente trabajando sin molestar a nadie, pero ahora me siento impotente.

A Natividad Sánchez todo el mundo la llama Tere. Es natural de la República Dominicana, aunque lleva ya muchos años en Mieres trabajando principalmente como cocinera. Hace unos meses decidió intentar ponerse al frente de su propio negocio y cogió el traspaso de un bar situado en la calle Aller, el mismo donde la madrugada del pasado sábado de domingo se produjo una trifulca que acabó con dos detenidos y otras tres personas, dos de ellas mujeres, denunciadas por resistencia y desobediencia a la autoridad.

Tere Sánchez se siente impotente ante lo sucedido, ya que considera que su establecimiento puede coger mala fama por unos hechos sobre los que ella, dice, no tiene ninguna responsabilidad. Y es que para colmo de males los anteriores administradores del bar acumularon numerosas denuncias relacionadas con incumplimientos de la normativa de ruidos y horario de cierre. "Éste es ahora un establecimiento normal y tranquilo, al que la gente de la zona viene a tomar un vino o una cerveza. Cuesta mucho hacerse con una clientela para que lleguen unos descerebrados y nos tiren todo el trabajo por el suelo", señala.

Los clientes del bar respaldan a su propietaria. "Antes había gente poco seria, pero ahora el negocio funciona bien y no da ningún problema", apunta un vecino, habitual del establecimiento. "El problema es que el bar está en una zona donde hay follones de vez en cuando", dijo. De hecho, Tere Sánchez explica que la reyerta del sábado tuvo su origen en un local cercano: "Vimos como un hombre tenía una discusión y salió del bar, cruzó la calle, y entró en mi establecimiento", apunta la hostelera. "Le dije que no le iba a servir nada, que no montara jaleo y que se fuera. Se puso como un loco insultando y diciendo que me iba a desarmar toda la barra". En ese momento, la dueña del establecimiento decidió llamar a la Policía Nacional: "Yo misma informé de lo que estaba pasando y por suerte los agentes llegaron rápidamente. ¿Qué más se puede hacer?". Al final también intervino la Policía Local.

Pese a la presteza, cuando llegó la Policía la trifulca se había extendido y en ese momento ya eran varios los clientes que estaban enfrentados. La actuación acabó con los dos citados clientes detenidos y acusados de resistencia y obstrucción grave a la autoridad. Ambos son vecinos del concejo y de nacionalidad española. Tienen 50 y 47 años, respectivamente, y uno de ellos es el que inicialmente generó la bronca. Además, otras tres personas, dos mujeres y un varón que rondan todos ellos la treintena y de nacionalidad dominicana, también han sido denunciados por las fuerzas del orden, en este caso, por resistencia y desobediencia. En su intento por reducir a los exaltados, dos agentes sufrieron pequeños cortes con los cristales de una botella. "Ningún hostelero está a salvo de encontrarse con una situación tan tensa, pero qué podemos hacer...". Tere Sánchez defiende el buen nombre de su bar.