Los economatos de Hunosa pasan hoy a la historia. "El economato" de El Arco comienza mañana a escribir un nuevo futuro. La empresa langreana empezará ya a operar los supermercados que hasta ayer pertenecían a la compañía pública. El proceso de venta se cerró hace una semanas tras varios meses de un farragoso proceso. Sin embargo, finalmente, la hullera logró su objetivo de deshacerse de estos centros comerciales y El Arco iniciará una nueva vía de negocio en la que quiere respetar el espíritu de unos economatos laborales que nacieron del paternalismo industrial y que se mantuvieron en el tiempo, aún sobreviviendo a la globalización.

Coincidiendo con la llegada de María Teresa Mallada a la presidencia de Hunosa, y obligados por la necesidad de reducir costes para luchar por la viabilidad de la empresa, la dirección tomó la decisión de vender los economatos laborales que poseía. En total eran 14, pero dos de ellos, Bimenes y Pola de Lena, se alojaban en locales alquilados por la empresa, lo que los dejaba fuera de cualquier proceso de venta. El resto eran locales propiedad de la hullera pública. En 2013, cuando se comenzaba a negociar el plan de empresa de Hunosa y se ponía sobre la mesa la venta de los economatos, las cifras que barajaba la compañía minera eran las de ahorrar en torno a 3 millones por año. Si el plan duraba 5 años, hasta 2018, la idea era la de ahorrarse 15 millones, a lo que había que sumar el precio de venta.

Sin embargo, deshacerse de los centros comerciales no fue tan fácil, y el proceso de venta no se inició hasta el pasado diciembre, es decir, tres años más tarde de lo inicialmente previsto. Hunosa sacaba al mercado 12 superficies comerciales en Mieres, Fondón, Ciaño, Sotrondio, Moreda, Pola de Siero, Barredos, El Entrego, La Foz (Morcín), Turón, Carbayín y Ujo. El precio era de 139 euros el metro cuadrado y la oferta mínima que se aceptaba según el pliego de condiciones era por el 75% de la superficie, lo que suponía casi 1,95 millones de euros.

Durante las semanas siguientes a ponerse en venta, fueron varios los emisarios de empresas que se acercaron a los locales de Hunosa a visitarlos. En un primer momento, hasta cuatro empresas presentaron la documentación necesaria para ser admitidos en el concurso. Fueron la asturiana Masymas, el grupo madrileño Los Norteños, Alcampo -a través de su filial Simply Sabeco- y el grupo astur-madrileño Santagadea. Una vez admitidos, tuvieron un nuevo plazo para presentar sus ofertas, pero solo esta última empresa, Santagadea, lo hizo.

Cuando todo parecía hecho, unas semanas más tarde Hunosa declaraba desierto el concurso al detectar un defecto de forma, tal y como les informó la Abogacía del Estado a través de un escrito en el que recomendaba declarar nulo el proceso. Vuelta a empezar.

Hunosa decidió entonces abrir un proceso negociado, en el que solamente presentaron la documentación dos empresas: de nuevo Santagadea, a la que se unía el grupo langreano El Arco. Nuevamente se invitó a las compañías a presentar una oferta y esta vez los asturmadrileños evitaron acudir al negociado. Sin embargo, El Arco, los últimos en llegar, hacían una oferta que cumplía con todos los requisitos de Hunosa: mantenimiento del empleo y adquisición de once de los doce economatos. Hace unas semanas, el Consejo de Administración de la hullera daba luz verde a la operación, que mañana tendrá su culminación con la asunción de los economatos por parte del grupo langreano.

Mañana, martes, los casi 100 trabajadores que operan los economatos ya pertenecerán a la plantilla de El Arco, que mantendrá los horarios comerciales -solamente apertura de mañanas- con la salvedad de que también se abrirá los sábados, en ese mismo horario. Abrirán en total doce economatos, aunque no todos los que se pusieron en venta. El de Ciaño, que pertenecía a Hunosa, deberá de cerrar por una "duplicidad insalvable" con otra tienda del grupo El Arco. Sin embargo, el que se mantendrá abierto, pese a no pertenecer el local a la empresa pública será el de Bimenes.

Decenas de miles de personas han pisado alguna vez un economato laboral de Hunosa. No en vano, la hullera llegó a tener una veintena de centros de este tipo. Sus precios y las facilidades que ofrecían a los trabajadores de la empresa pública eran un gran reclamo en una sociedad con costumbres muy arraigada en las últimas décadas del siglo XX.