Bienvenidos, osos. La Fundación Oso Pardo, previo acuerdo con la Dirección General de Recursos Naturales del Principado, ha elaborado una encuesta en la zona rural del corredor interpoblacional (que en Asturias comprende los municipios de Aller y Lena) para conocer su opinión sobre la recuperación de la especie. Los resultados no dejan lugar a dudas: la mayoría de los vecinos tienen en buena consideración a los plantígrados y confían en que su vuelta a los montes no intercede en su vida.

En el sondeo han participado 218 vecinos. Fernando Ballesteros, biólogo de la Fundación, difundió los cuestionarios en un ciclo de charlas organizado durante la primavera en las zonas oseras de los concejos de Aller y Lena. Esta encuesta forma parte de un estudio más extenso, de dimensiones sociales, que está abordando la entidad en colaboración con la Universidad de Oviedo.

El oso, en el primer examen, aprueba con muy buena nota. La primera pregunta de la encuesta era la más representativa para conocer el ánimo con el que los vecinos reciben a los plantígrados: "¿Te gusta el oso?". Los participantes en el sondeo tenían que responder en una escala de 1 a 5, siendo el 1 "nada" y el 5 "mucho". El resultado fue de 4,1: por encima del notable, casi sobresaliente. "Por tanto queda de manifiesto que, en general, el oso está bastante bien considerado en la sociedad rural", afirmó Ballesteros.

Sin miedo

Lo dicen las encuestas y se percibía en el ambiente del ciclo de charlas. En los encuentros organizados por la Dirección General de Recursos Naturales, junto a la Fundación Oso Pardo y la Fundación Oso de Asturias, el público participó con los ponentes y expusieron sus dudas. La mayoría de las preguntas estuvieron relacionadas con las posibles incompatibilidades, para la caza u otras actividades, que pueden surgir en los montes al aumentar la presencia de osos. Actualmente, no obstante, la mayoría de los encuestados considera que oso y mundo rural son compatibles: la afirmación "el oso es compatible con el mundo rural" consiguió una puntuación de 4,09 (siendo 5 "totalmente a favor" y 1 "totalmente en contra").

Vecinos que dan la bienvenida y sin miedo. "En comparación con otros escenarios de coexistencia, en la sociedad rural asturiana en general no hay mucha preocupación por el hecho de encontrarse con un oso ni se percibe un riesgo de ataques", señaló el biólogo. Queda por evaluar, matizó, la opinión de personas del medio urbano y visitantes ocasionales. Los de la zona rural, en su mayoría, midieron su miedo con "muy poco" o "poco". La puntuación fue de 2,6 (siendo 1 "nada en absoluto" y 5 "muchísimo"). Si alguien tiene temores en el monte, creen los vecinos, es el oso. El 66 por ciento de los encuestados considera que los plantígrados se acercan a la población en busca de comida. Sólo un 24,5 por ciento considera que el oso llega a los pueblos "por pérdida del miedo al hombre" y un 9,5 por ciento lo achaca a la "curiosidad natural".