Un grave vertido al río Huerna tiene precio: 500 euros. Es la sanción que reclama la Confederación Hidrográfica del Cantábrico a una de las empresas de la obra de la variante ferroviaria de Pajares, previa denuncia de la Asociación de Vecinos de Campomanes. Cuantía que se rebaja hasta los 400 euros por previo pago, y que ha indignado a los demandantes: "Gastamos más nosotros en la gasolina de los viajes para poner la denuncia", lamentó Dolores Martínez, presidenta de la Asociación de Vecinos de Campomanes. Hay otras dos demandas en marcha, por hechos parecidos, que aún no se han resuelto.

El vertido objeto de la sanción se produjo en febrero. Los vecinos vieron que el agua del río bajaba turbia y, más tarde, prácticamente negra. Sacaron fotografías, que adjuntaron a la denuncia presentada ante la Confederación Hidrográfica del Cantábrico. En abril, la entidad acordó la incoación de expediente sancionador.

La Confederación Hidrográfica dio la razón a los vecinos. "Del examen de la documentación incorporada al expediente, así como de la valoración conjunta de las pruebas practicadas, resultan probados los hechos", señala el texto del expediente. Los hechos son "una actividad susceptible de contaminar el dominio público hidráulico por la existencia de unas basas de decantación en el vertedero Los Sutos II que reciben las aguas de escorrentía de la carretera y que en caso de lluvias intensas constituyen un peligro de contaminación de las aguas del río Huerna y de degradación de su entorno, en Sotiello". El vertido se produjo por debajo de la captación del agua.

Infracción leve

Los vecinos, hasta aquí, están de acuerdo. Lo que no comparten es la calificación de los hechos como "constitutivos de una infracción leve" y la correspondiente sanción: 400 euros con la reducción del veinte por ciento por pronto pago. "Esta es la primera de las denuncias que hicimos ante la Confederación por estos hechos", señaló Martínez. Denuncias que llegan tras años de quejas de los vecinos por los "continuos ataques" de las obras a la localidad y al valle del Huerna.

"Creemos que es una cantidad irrisoria. Les sale más barato estropear, y luego pagar la multa, que tomar las medidas necesarias para que el entorno no sufra", lamentó la portavoz de la entidad vecinal. Tras la anécdota del gasto supuesto para la Junta Directiva, con varios viajes de Campomanes a Oviedo para aportar la documentación y formalizar la demanda, confían en que las próximas sanciones sean más altas: "Esperemos a ver el importe de las otras dos posteriores, no sé si la reincidencia estará o no penalizada", señaló la presidenta de la entidad.