El 17 por ciento de los pacientes del área sanitaria VIII (correspondiente al valle del Nalón) a los que se les ofrece operarse en otro centro para acortar las esperas renuncia a esta posibilidad. Se trata de un porcentaje muy elevado, que duplica la tasa regional, y para el que los responsables sanitarios del área no encuentran explicación. "Lo cierto es que no sabemos la causa por la que los vecinos del Valle son tan reticentes a esta medida, pero es un índice mucho más alto que en el resto de la región", apuntó la directora del Hospital Valle del Nalón, Alba Riesgo.

Las derivaciones quirúrgicas a centros concertados para acortar las esperas forman parte de una medida impulsada por el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) para evitar, principalmente, que haya demoras superiores a los seis meses. En el caso del área sanitaria VIII, el hospital de Cruz Roja de Gijón es el centro al que suelen derivarse las intervenciones que Riaño no puede asumir.

"Nuestros cinco quirófanos ya funcionan a pleno rendimiento y, en algunos casos, se plantea a los pacientes la posibilidad de derivar su intervención para que puedan operarse antes", argumentó Riesgo, que añadió: "El 17 por ciento de las personas rechaza esta opción, una cifra que duplica la media regional, que se sitúa en un 8 por ciento aproximadamente". La responsable sanitaria expuso que no hay una causa concreta que explique este desfase. "No sabemos cuál es la razón de que el índice de rechazo sea tan elevado en el área. Uno de los argumentos que se ponen sobre la mesa es que derivar la operación obliga a los familiares a desplazarse para visitar al enfermo, pero la realidad es que también permite acortar los plazos para ser intervenido".

El hospital Valle del Nalón ha logrado reducir de forma notable la demora media quirúrgica y el volumen de pacientes pendientes de ser intervenidos. En concreto, en julio de este año, había un total de 1.336 pacientes a la espera de pasar por el quirófano, frente a los 1.542 del mismo mes del ejercicio pasado. En 2016, la cifra de enfermos pendientes de ser intervenidos estuvo en todos los meses del año por encima del millar y medio, al igual que en el primer semestre de 2017. Julio, en cambio, marcó un notable descenso.

La demora media el pasado julio era de 69,70 días, tres por debajo del parámetro de hace un año. "En junio la espera media era de 63,5 días, pero es lógico que en verano aumente", argumentó Alba Riesgo. Hace año y medio, en enero de 2016, los pacientes debían esperar una media de 81 días para operarse.