Los ganaderos en la comarca del Caudal no están conformes con la gestión del lobo por parte de la Administración regional. No confían en las últimas declaraciones del consejero de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Fernando Lastra, que aseguró que "queremos que la opinión del sector sea importante, no menos importante que el resto". Tildan a los sindicatos mayoritarios del sector de "sumisos". Buena prueba de la "falta de gestión", añaden, es que los cánidos "siguen atacando en Llosorio".

La Asociación de ganaderos afectados por el llobu (Agall) lleva décadas denunciando la gestión regional sobre los cánidos. Los portavoces de la entidad afirman que "ya es tarde para que podamos creer promesas del Gobierno socialista". Tampoco confían en las declaraciones de los sindicatos mayoritarios: "Son reos del Principado por las subvenciones, todos sabemos que no viven de la cuota de los afiliados", añadieron desde Agall. Una muestra de su "falta de compromiso", aseguraron, es el plan de gestión del lobo. Según los representantes de la entidad, "los sindicatos dicen no estar de acuerdo, pero luego lo aprueban".

Es en ese plan donde surgen los principales conflictos de Agall con el Principado. La gestión del lobo en los montes asturianos incluye un mapa con las zonas de distribución de la especie. El Llosorio está registrada como lugar libre de lobos. Es decir, es labor de la Administración espantar o abatir los cánidos que entren en el monte. Pero, según denuncian desde Agall, "siguen matando en este monte y no hay ningún control en el lugar".

Los ganaderos también critican que no se están llevando a cabo las batidas necesarias. Afirman que "no queremos terminar con la especie, pero ni siquiera cumplen con el cupo de lobos a abatir en cada temporada". El verano está tranquilo, reconocen, pero sólo en las zonas más próximas a los pueblos: "Ahora tienen comida de sobra en los puertos, por eso los ataques son menos llamativos para la población". Alertan de que, en otoño, los cánidos volverán a acercarse a las poblaciones.