Si hay un pueblo con un patrón de bandera, ese es Piñeres (Aller). La localidad allerana celebró ayer el día grande de la fiesta de San Antonio con el tradicional "Toreo del santu". Se trata de una procesión en la que un joven agita una enseña delante de la figura que portan los feligreses. Como cada año, las calles se llenaron para aplaudir este original pasacalles que completa los actos religiosos. En Bustillé festejaron a San Mamés, en una de las romerías más antiguas del concejo, y Felechosa homenajeó a la Virgen del Carmen.

San Antonio de Piñeres es un santo de bandera y tiene su historia. Dicen los habitantes de la localidad que el origen del "Toreo del santu" viene de un joven vecino que sirvió en los tercios de Flandes e importó la tradición de aquella zona. En el norte de Europa, el ritual era entonces bastante común.

Nadie sabe el nombre de aquel chaval que había servido en Flandes. Pero el "toreador" actual, y desde hace unos años, es Alberto Gutiérrez. El paso empezó con el joven arrodillado frente a la figura de San Antonio y portando una bandera de colores. Encabezó el paso por delante del santo, agitando la enseña, mientras le siguieron los feligreses. La procesión fue de la iglesia a una pequeña capilla, que está al otro lado del río, siguiendo el ritmo de la música de la banda de gaitas "El Gumial".

El de ayer fue un día para las tradiciones en el concejo. En el pueblo de Bustillé, los vecinos festejaron a San Mamés, en una de las romerías más antiguas del municipio. Ofició la misa el vicario de la comarca, Antonio Vázquez, en la capilla de la localidad. Por la tarde hubo juegos infantiles y verbena, ya por la noche, para despedir la fiesta hasta el próximo año.

Donde no despiden la fiesta es en el alto Aller. El Pino celebró la tradicional misa y procesión del Carmen, ayer al mediodía. Fue el colofón para tres días de programa, que comenzaron ya el viernes con juegos infantiles y verbena. Felechosa coge hoy el relevo, con la festividad del Carmín. El origen de la romería se remonta a principios del siglo pasado y lo narran los vecinos, mitad historia mitad leyenda. Dicen que un grupo de chavales, que volvían de festejar la celebración del Carmen, se quedaron toda la madrugada cantando a los pies de un hórreo de Felechosa. Así nació una romería que ha sabido conservar la tradición y que tiene como protagonistas a los jóvenes del pueblo. Ellos serán los encargados de portar hoy la imagen, en la procesión que seguirá a la misa. Y la fiesta seguirá con música y una verbena.