A 1.520 metros de altura el grafitero mierense César Frey se pelea contra los elementos para terminar a tiempo la decoración del monolito que preside el alto del Angliru, que protagonizan los personajes del dibujante Alfonso "Telva y Pinón". Tiene que hacerlo antes de mañana, pues el trabajo ha de estar listo para la llegada de la Vuelta, el 9 de septiembre. Sin embargo, otros compromisos han hecho que como los ciclistas, "El Séptimo Crío" haya tenido que plasmar su arte a contrarreloj.

Tras once etapas, los ciclistas llevaban ayer 45 horas sobre la bicicleta. Ese tiempo es el que desde el lunes va a gastar César Frey en completar su trabajo. Utilizando la técnica del spray, el grafitero ha ideado un diseño de lo más asturiano, recuperando a los personajes de historieta Pinón y Telva. "La idea original era hacer dos realismos, un castillete representando la minería y una vaca representando el ganado que hay en el Angliru", explica Frey, spray en mano. Sin embargo, las malas condiciones del alto riosano, que durante el invierno pasa cubierto de nieve, hizo que se cambiara de idea. "Le propuse al Ayuntamiento este otro diseño, y aceptaron. Es todo muy asturiano y recuperamos dos personajes que para mí, quizás por el recuerdo de mi güelu, son importantes", señala el grafitero.

Ya tiene acabada completamente una cara, en la que se puede ver el perfil de la subida con los puntos más importantes y sus porcentajes de desnivel. Ayer, mientras hablaba con este diario en la cima, terminaba de rematar la figura de Pinón y de perfilar la de Telva, que están en caras opuestas. Telva, en su cara, aparecerá diciendo: "Pinón, ya llegamos al cielo". En la otra cara, Pinón, echando un culete de sidra, en una postura inédita creada por "el Séptimo Crío", contesta "esto se merece un culín, Telva". Aún falta una cara por empezar, y será en la que figure la leyenda "Yo subí al Angliru", además de los nombres de los ganadores de etapa de la Vuelta. Será la cara principal, y la que seguro los turistas utilizarán para hacerse la foto.

En apenas unas horas, el monolito estará completo. No sin tener que sufrir las inclemencias del tiempo. El miércoles, la lluvia y el fuerte viento hicieron imposible trabajar: "Estaba congelado, la pared se mojaba entera, era imposible poder hacer nada", explica el grafitero, que bromea: "Este puerto es duro para todo no solo para los ciclistas". Ayer, el tiempo era mejor, y bajo la improvisada jaima formada por andamios y una lona, Frey ultimaba el que se convertirá en el icono más reconocible del Angliru.