La hullera estatal Hunosa encabeza desde hace una década un proyecto para el aprovechamiento del agua de sus explotaciones para la geotermia de cara a labores de climatización. Pero este recurso hídrico podría tener otros muchos usos y evitar, incluso, la construcción de un nuevo pantano en el Principado. Así lo defienden desde el Colegio de Geólogos de Asturias, quienes han demandado un estudio profundo de los recursos hídricos del subsuelo que también podría incluir a las explotaciones mineras.
El presidente del colectivo profesional, José Antonio Sáenz de Santamaría, explicó que, en cuanto a las minas, "ya se hizo un proyecto europeo en 1997 sobre el aprovechamiento del agua y gas de las minas cerradas en Hunosa". El responsable del Colegio de Geólogos señaló que, una vez decantada, el agua de las minas "es totalmente aprovechable". Esto ocurre, como resaltó, "porque las aguas de estas explotaciones asturianas no son ácidas y cuentan con un PH próximo a la neutralidad". ¿Pero podría utilizarse este agua para el suministro humano? Sáenz de Santamaría afirmó que, "para beber sería más complicado, pero no para otros usos destacados".
Entre los aprovechamientos del agua de minas estarían, según el presidente del colectivo profesional, generar caudal ecológico en los ríos asturianos, para recursos industriales e, incluso, para las labores de riego. Esto, como remarcó, "ahorraría recursos en los pantanos de Tanes y Rioseco y, por supuesto, nos ahorraría la creación de un nuevo pantano en Asturias". Sería muy útil sobre todo en épocas de sequía, como la actual. Por eso, abogó por la elaboración de un estudio profundo de los recursos hídricos subterráneos, que se podría complementar con sondeos y una planificación ordenada.
El planteamiento de los geólogos llega cuando el Principado acaba de emprender el proceso de ordenación urbanística del área central. El Colegio de Geólogos ha presentado una serie de alegaciones al documento preliminar del Gobierno autonómico donde se da cuenta de que trazar un mapa de acuíferos "podría evitar mucho desmán" y servir de alternativa para zanjar el largo debate sobre el abastecimiento del área central y la hipótesis de un nuevo embalse en Caleao (Caso). Y es que el proyecto de este pantano, que actualmente parece estar paralizado, sigue siendo una de las opciones posibles para garantizar el suministro en el área central. El plan hidrológico que está vigente hasta 2021 no cierra la puerta a su construcción, a pesar del rechazo vecinal que supone esta nueva infraestructura. El Gobierno asturiano también estudia la alternativa de dos trasvases para garantizar el abastecimiento. Uno uniría el embalse de Arbón, en Navia, con los del alto Nalón, Tanes y Rioseco. El otro llegaría desde el embalse de los Alfilorios (Morcín), en plena sierra del Aramo, hasta Levinco (Aller). También hay propuestas como la utilización del agua que captan los túneles ferroviarios, como la variante de Pajares o el metrotrén de Gijón, y la ya citada de las explotaciones mineras.
Desde el Colegio de Geólogos se estima que hay unos 3.000 hectómetros cúbicos de agua bajo tierra. "Sí conocemos que hay mucha agua subterránea en Asturias, pero lo que falta en un estudio para confirmar qué parte es explotarla", había destacado Sáenz de Santamaría. El presidente del colegio profesional matizó que "no cabe levantarla a un precio que no sea razonable, ni desde más de 1.000 metros, aunque hay que ver cómo son los acuíferos, qué características tienen, cuánta agua se puede sacar, a qué ritmo, con qué calidad y coste".
En el caso del pantano de Caleao, que sería el tercero del Alto Nalón, las primeras estimaciones económicas suponían que su coste podría alcanzar los cincuenta millones de euros. Si bien, esta cantidad era mucho menor que lo que podrían haber costado otras alternativas al embalse. Sin embargo, el aprovechamiento de los recursos hídricos subterráneos podría tener un coste todavía menor, como sugieren los geólogos. Habrá que esperar para comprobar si el Principado decide darles un margen de confianza, dado el interés profesional de los primeros y el público de los segundo, y promueve el estudio para ver cuánta agua hay disponible en el subsuelo.
