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Los cazadores exigen la presencia de guardas del Principado para abatir lobos

Responsables del sector cinegético temen que esta medida sea "un primer paso" para "cargar" los daños de los cánidos a los cotos

Los cazadores exigen la presencia de guardas del Principado para abatir lobos

Los cazadores de la comarca del Caudal no están conformes con la propuesta de la Consejería de Medio Ambiente para que colaboren, por primera vez de forma autónoma y con batidas ilimitadas en las zonas libres de lobos, en el control de la población de cánidos salvajes. Consideran que la propuesta lanzada por el consejero, Fernando Lastra, "está coja" y deja cabos sueltos. El que más preocupa -como ya apuntaban los ganaderos del Caudal- es la posible ilegalidad de matar ejemplares de una especie protegida, por lo que exigen la presencia de guardas del Principado en las batidas de control. También temen que esta medida sea "un primer paso" para "cargar" a los cotos los daños derivados del lobo.

Fernando Lastra anunció la medida hace unos días, tras mantener un encuentro con alcaldes del Oriente de Asturias. Hasta ahora los cazadores habían colaborado con la guardería del Principado en batidas puntuales pero nunca de forma autónoma, como sucederá a partir del día 15 (fecha de apertura de solicitudes para las batidas). La medida se mantendrá, al menos, hasta finales de 2018. Las sociedades cinegéticas podrán realizar una solicitud a Medio Ambiente, que se renovará cada quince días y dando cuenta de las bajas.

El procedimiento no convence a los responsables del sector cinegético. El presidente del coto de caza de Aller, Benjamín Rodríguez, destacó que "tiene que ser la Consejería quien lo solicite a los cazadores y no al revés". "Hablamos de una especie protegida y tememos que la práctica de estas batidas pueda generar problemas a los cazadores del municipio", añadió Alberto Argüelles, miembro de la directiva del mismo coto. Para evitar conflictos, de momento, en Aller no se solicitará ninguna batida para controlar a los cánidos salvajes.

El concejo de Aller no está incluido en la zona libre de lobos, así que forma parte del área de la región en la que el cupo de ejemplares a abatir se queda en cuarenta y cinco. Lo mismo ocurre en Morcín donde los responsables del sector cinegético sí tienen previsto solicitar una batida en el municipio.

La situación es "muy difícil" para los ganaderos del Aramo, aseguró Miguel Antonio Valle, presidente del coto de caza morciniego: "Ahora mismo hay varios lobos en el monte que están generando muchos daños", afirmó. Pero sus intenciones tienen un premisa indiscutible: "Sabemos que esta práctica puede generar polémicas con los ecologistas, así que queremos que la Consejería lo deje todo atado. Es indispensable que haya un guarda del Principado en las batidas", afirmó el representante del sector cinegético. Considera que los responsables regionales acuden ahora a los cazadores porque la gestión del lobo "se les he ido de las manos".

En Aller sospechan que las intenciones de la Consejería son poco nobles. Benjamín Rodríguez destacó que "este podría ser el primer paso para cargar a los cotos de caza los daños que producen los lobos". Medida que en Aller, añadió a renglón seguido, "no nos podríamos permitir bajo ningún concepto". "Estamos al lado de la Reserva de la Biosfera, por lo que hay un mayor número de lobos y afrontar los daños que producen sería el principio del fin para nuestro coto", señaló.

El censo oficial indica que, actualmente, en la región hay 38 manadas con una media de diez ejemplares en cada una. En el gráfico que acompaña esta información se detalla la situación de la especie. Entre 2001 y 2016, el Principado documentó la muerte de 299 lobos en Asturias. Un 69 por ciento del total, 203 cánidos, se abatieron en controles.

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