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Los barrios de Mieres se quejan de una "inexplicable" improvisación urbanística

Los portavoces vecinales piden responsabilidades por la tardanza en elaborar una normativa que ven necesaria para frenar el despoblamiento

El casco urbano de Mieres, con el polígono de Vega de Arriba en primer término. J. R. SILVEIRA

Resignación ante un hecho que se considera simplemente "inexplicable". Los portavoces vecinales de los principales barrios de Mieres no alcanzan a comprender cómo es posible que el Ayuntamiento lleve doce años, seis con el PSOE y ahora otros seis con IU, tramitando un nuevo plan de ordenación urbana. La parsimonia municipal contrasta con la frenética pérdida de población que sufre el concejo, que desde 2005, cuando se comenzó a trabajar en la nueva normativa, ha perdido ya más de 7.000 vecinos.

"No se puede estar permanentemente improvisando. Lo que está pasando con el plan urbano, y con otras muchas cosas, es simplemente vergonzoso. La Mayacina estuvo mil años sin urbanizar y ahora pasa lo mismo con Oñón", señala el presidente de la asociación de Vega de Arriba, José Manuel González "Maneli". El movimiento ciudadano está desencantado con el Ayuntamiento: "El problema es que los políticos están ajenos a todo; van subsistiendo y así les va bien", remarca Adauto Moro, portavoz del barrio de San Pedro: "Un municipio con tantos problemas demográficos no puede estar una década dándole vueltas a su principal herramienta urbanística, más cuando es necesario subsanar las perrerías que se hicieron en el anterior plan urbano".

Los portavoces vecinales reconocen estar cansados de la clase política. En algunos casos son ya hasta reacios a mostrarse críticos: "Es que no vale la pena. Esto no tiene arreglo e incluso luego viene un concejal y te pone mala clara, reprochándote que digas esto o aquello", aseguran en privado los dirigentes de las asociaciones. Pero no tardan en calentarse y decir lo que piensan. "Da igual a quien votes, las cosas van de mal en peor. Un plan urbano puede estar quince años en tramitación y podemos estar ocho años sin presupuesto y no pasa nada. Hay excusas para todo y nadie asume ninguna responsabilidad", indica Manuel Prado, representante de la zona sur de la ciudad. "Al final tenemos los políticos que tenemos y también los funcionarios que tenemos", apuntilla Adauto Moro. Y es que los vecinos también lamentan que "los técnicos municipales están muy lejos de ser competentes".

Los expertos ven en el urbanismo, o mejor dicho, en la falta de planificación urbanística, un lastre que ha impedido a Mieres levantar el vuelo pesa a las inversiones multimillonarias realizadas en el municipio durante los últimos 20 años, con un cómputo que sólo en equipamientos supera los 200 millones de euros. Y aún así, los geógrafos predicen una "hecatombe" demográfica aún mayor en los próximos años. ¿Ha iniciado Mieres su caída por el precipicio? El Centro de Cooperación y Desarrollo (CeCodet) de la Universidad de Oviedo, con sede en Mieres, es el centinela que más atento ha estado durante las dos últimas décadas al parsimonioso y torpe caminar del concejo. Sus responsables llevan años advirtiendo de que "no se ha sabido identificar los problemas".

El movimiento vecinal percibe que se han dejado muchos cabos sueltos: "Es difícil encontrar una explicación a que un plan urbano tarde tantísimo en elaborarse. Es inexplicable", resalta Ángel Pastor, de la asociación de Santa Marina. "Todos sabemos lo que pasó con la Mayacina y ahora con Oñón. No hay ninguna planificación".

El último recuento de habitantes agrava la caída continuada de la población en Mieres desde el año 1970. Con el censo ya en menos de 39.000 vecinos, en los últimos 12 años, desde que se inicio la modificación del plan urbano, el municipio ha perdido más de 7.000 vecinos, el 15 por ciento de si población.

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