Un vecino de Figaredo, desaparecido desde el sábado, y por el que se organizó un amplio dispositivo de búsqueda a lo largo de toda la jornada de ayer, apareció a última hora, ya de noche, de nuevo en el pueblo, desorientado, sin saber dónde estaba, pero en buen estado físico. La Guardia Civil buscó a José Antonio C. Fernández, de 54 años, utilizando para ello el helicóptero, varios agentes y a la unidad canina. El Instituto Armado inició la búsqueda poco después de que la familia cursara la denuncia y con pocos indicios: en su casa dejó el móvil, las llaves y también a su perro "Pancho", compañero inseparable durante todos sus paseos.

Es raro ver a José Antonio sin su perro "Pancho" por Figaredo: "La verdad es que son inseparables, es muy raro que no fuera con él", afirmaron ayer en el bar Ciclista de Figaredo. Justo al lado de este establecimiento está la huerta del mierense, en la que trabaja prácticamente a diario. Desde allí empezó el rastreo de los agentes ayer por la mañana, al principio encabezado por varias patrullas rurales de la Guardia Civil. Al mediodía, todavía sin pistas del paradero del hombre, el dispositivo de búsqueda se intensificó.

El helicóptero de la Guardia Civil empezó a sobrevolar Figaredo en torno a las dos de la tarde. La búsqueda se centró en la zona de montaña que está justo encima de la localidad, siguiendo la pista forestal que parte de la huerta que trabaja José Antonio C. Fernández. En esa zona, el mierense también tiene una casa alquilada. Además participaron en las labores los integrantes de la Unidad Canina de Rescate, que recorrieron el camino varias veces a pie.

La búsqueda terminó cuando Fernández volvió al pueblo. Unos vecinos que estaban en el bar Casa Tonina de Figaredo lo vieron pasar por delante. Salieron a hablar con él, a explicarle que lo estaban buscando, pero tal y como apuntaron "estaba desorientado, no sabía bien dónde estaba".

Previamente, a última hora de la tarde, Grupos de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil recorrieron de nuevo en moto la pista que parte de la huerta. Según explicaron desde el Instituto Armado, "se dan una serie de circunstancias que apuntan a que el hombre no sigue desaparecido por voluntad propia. Siguiendo el protocolo en estos casos, se activó el dispositivo".

La pista de José Antonio se perdió el sábado, a las ocho de la tarde. Según la investigación, poco antes había escrito un mensaje instantáneo a su hijo. Luego pasó por el bar que está al lado de la estación, primero acompañado por "Pancho". Según la camarera del local, volvió un poco más tarde ya sin el perro: "Estuvo aquí un rato, él parecía tranquilo. No hubo nada que nos llamara la atención".

"Es un hombre de lo mejor que tenemos en Figaredo, esperamos que aparezca pronto y que esté bien", afirmaban en el bar donde se le perdió la vista, antes de que definitivamente apareciese.

La familia, mientras el helicóptero sobrevolaba Figaredo y los agentes lo buscaban, aguardaba en casa por noticias. Fernández está casado y tiene un hijo. De hecho, ya en la noche del sábado, fueron ellos los que iniciaron las labores de búsqueda.