El viejo cuartel de la Guardia Civil de Langreo quedará reducido a escombros en los próximos días. El derribo del edificio, que está en ruina, se inició ayer, tres años y medio después de que los agentes fuesen trasladados al nuevo acuartelamiento. Una mudanza que se había producido ya con retraso debido a las discrepancias surgidas entre Sogepsa y el Ministerio del Interior en torno al desarrollo del convenio firmado para la construcción del cuartel ubicado en la calle La Unión. Estas desavenencias, que se dirimen en los tribunales, motivaron que la puesta en funcionamiento del nuevo equipamiento quedase bloqueado. Su construcción concluyó a finales de 2010 y permaneció sin uso hasta marzo de 2014.

La empresa Pro Nalón ejecuta la demolición, que ha sido adjudicada por el Ayuntamiento de Langreo. Recurrió a la ejecución subsidiaria ya que la propietaria del viejo acuartelamiento es Sogepsa (Sociedad Mixta de Gestión y Promoción del Suelo), que abonará el coste del derribo en tres plazos. Así consta en el acuerdo al que llegaron ambos, que incluye también la utilización por parte del Ayuntamiento del solar como aparcamiento de forma provisional, mientras que la sociedad regional no lo venda o desarrolle en los terrenos el proyecto residencial que tenía previsto.

La demolición comenzó ayer por la mañana en el bloque más alejado de la calle Jovellanos, que conecta La Felguera con Sama. La máquina trabajó durante toda la jornada en esa construcción, iniciando la tarea en la zona más próxima al Palacio de Deportes Juan Carlos Beiro. Está previsto que el derribo concluya en menos de diez días, aseguró el alcalde, Jesús Sánchez

En el momento en el que el derribo se concentre en el pabellón más próximo a la calle Jovellanos, quedará prohibido el paso de peatones, añadió. En cuanto a la circulación de vehículos, la empresa adjudicataria de la demolición intentará que no se vea afectada. Si esto no fuese posible se intentaría cortar uno de los carriles de la calle, colocando un semáforo para permitir el paso de los vehículos que circulan en ambos sentidos. Una vez finalizada la demolición quedará en pie parte de la fachada central, señaló el regidor. El derribo ha afectado al centro deportivo Juan Carlos Beiro, que desde ayer, y hasta el próximo domingo, cerró el gimnasio, la sauna y la piscina. Sólo permanece abierta durante estos días la pista polideportiva, con acceso desde la senda fluvial. Los operarios sellaron las entradas de aire al pabellón antes de iniciar las obras, que han provocado gran expectación.

El regidor destacó que es "una satisfacción resolver el problema que suponía tener en pie el viejo cuartel aunque también tiene que hacernos pensar cómo es posible que se haya tardado tanto tiempo en ejecutar esta actuación". Este es, remarcó, "un ejemplo de lo que no deben hacer las administraciones", dijo en referencia a los Gobiernos central y regional. Cuando no llegan a un acuerdo los perjudicados son, aseveró, "los agentes, que tuvieron que trabajar en un cuartel en malas condiciones cuando el nuevo estaba terminado, y los vecinos, que tenían que realizar las gestiones en ese edificio". "Tuvo que ser el Ayuntamiento, aunque no era su competencia, el que ejecutase el derribo de forma subsidiaria. No es un buen ejemplo de diligencia", subrayó Sánchez. El solar se transformará en aparcamiento que, dijo, "confío en que sea útil para los ciudadanos".