La plantilla de Mieres Tubos está a la expectativa de ver cómo avanzan las actuales negociaciones entre el administrador concursal de la compañía y la empresa italiana interesada en hacerse con la fábrica. De momento no ha trascendido ningún dato sobre la oferta que el posible inversor ha puesto sobre la mesa, aunque ha sido suficiente para que el administrador decidiese prorrogar durante otros tres meses el concurso al ver como factible la propuesta presentada.

En un principio, el administrador concursal había fijado finales de septiembre como fecha límite para decidir la liquidación de la compañía, un plazo que coincidía con el fin del expediente de regulación temporal en el que se encontraba inmersa la plantilla de la factoría. Semanas antes, había trascendido que los italianos pretendían hacer una prueba de la maquinaria existente en la empresa para comprobar que no tendría que hacer mayores inversiones en equipamiento. Por eso, los trabajadores se centraron en comprobar el estado de todo el equipamiento para que obtuviese el visto bueno del inversor aunque de momento no se ha realizado ninguna prueba en la fábrica.

La situación de Mieres Tubos, que lleva abierta desde los años 70, es bastante compleja, ya que acumula una deuda de alrededor de diez millones de euros. Hasta ahora ha habido varios empresarios interesados en coger la fábrica, pero acabaron echándose atrás, sobre todo por la dificultad de acarrear con la deuda de la compañía.