La Escuela Politécnica de Mieres recibió ayer a la promoción de peritos de Minas de 1967, que celebraba sus bodas de oro. Un acontecimiento especial que tuvo como recompensa la simbólica acreditación del titulo de graduados en Ingeniería de los Recursos Mineros y Energéticos otorgado por la directora de la escuela, Asun Cámara. Los participantes, una treintena, aprovecharon para visitar las instalaciones del campus y recordar viejos tiempos, dando cuenta de lo mucho que había cambiado la profesión en estos cincuenta años.
Uno de los impulsores del encuentro era Mario García Antuña, quien señaló que "la ingeniería ha cambiado totalmente desde que estudiábamos nosotros, una evolución a pasos agigantados que se ha visto mejorada en aspecto como la seguridad, porque ahora hay muchos más medios que los que teníamos nosotros entonces". García Antuña, al igual que sus compañeros, estudió en la antigua escuela de capataces -la actual Casa de Cultura de Mieres-, y destacó que "las diferencias son asombrosas, la escuela actual es de las mejores de Europa, no creo que haya más centros como este". Eso sí, lamentó que no vaya aparejado al número de alumnos y carreras: "Debería haber muchos más, porque las instalaciones lo merecen".
Los peritos tuvieron la oportunidad de conocer algunos de los nuevos laboratorios de la Politécnica, como el de minería o el de drones. Una tecnología que, como apuntó José Manuel González, "ni siquiera soñábamos entonces, todo lo más que teníamos era la regla de cálculo con la que se podían hacer desde ejercicios de trigonometría hasta simples sumas". González también quiso resaltar lo emotivo de la cita de ayer, "porque fuimos una promoción muy unida y conseguimos mantener la relación pasados los años". De hecho, esta promoción ha conseguido celebrar los 25, 40 y 45 años de carrera antes de las bodas de oro. Una celebración que Abelardo Martínez esperaba "con mucha emoción, porque en estos cincuenta años ha cambiado todo y eso que tenemos la sensación de que acabamos los estudios hace nada". Igual de maravillado se mostraba José Flórez, sobre todo al comprobar la tecnología de la que disponen los actuales alumnos. "Es impresionante que hayamos cambiado el pico y la pala por los drones", destacaba este perito.
La celebración, además de visitar las instalaciones del campus de Mieres, tuvo un momento para recordar a los compañeros fallecidos con una misa. "Nuestra promoción estaba formada por 69 personas, pero once de ellos ya nos dejaron", explicaba García Antuña. Además del diploma acreditativo de la actual titulación de ingenieros de Minas, los participantes también recibieron como obsequio de la Escuela Politécnica de Mieres un reloj y disfrutaron de un vino español previo a la comida.
