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Hay luz al final del grado de Forestales

Estudiantes del campus de Mieres explican en unas jornadas las salidas profesionales que tienen una vez terminada la carrera

De izquierda a derecha, Manuel Calvo, María Castaño, Javier Gutiérrez, Susana Expósito y David Barraso, ayer. FERNANDO GEIJO

He terminado la carrera de Forestales, ¿y ahora, qué? Esta es una pregunta muy común entre los estudiantes de último curso y que ayer trataron de responder en la Escuela Politécnica de Mieres con una jornada sobre la profesión de Ingeniero Forestal en la que participaron representantes de la administración pública, la empresa privada, el colegio profesional y la investigación. Todos ellos relataron su experiencia ante un nutrido grupo de estudiantes y coincidieron en que la profesión "tiene futuro", independientemente de la opción que escojan.

El decano del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural, David Barraso, fue el primero en tomar la palabra. Explicó que, para ejercer la profesión, "hay que estar colegiado" y que esta inscripción "garantiza la calidad de los trabajos, además de ofrecer una protección como el seguro de responsabilidad civil y profesional". Barraso alentó a los alumnos "a que ser activos en la profesión y colaborar". Tras el colegio profesional, le tocó el turno a la administración pública, representada en esta ocasión por el director general de Biodiversidad del Principado, Manuel Calvo.

En su caso, Calvo aludió a las posibilidades que tienen los estudiantes de trabajar para el Gobierno regional a través de oposición. Admitió que actualmente no hay un número demasiado elevado de plazas directas, pero sí en promoción, "y se puede llegar a ser director general, como es mi caso, aunque sea un puesto político". También señaló que la última convocatoria de plazas para ingenieros Forestales se realizó en 2007 y que en la actualidad hay una propuesta para sacar tres nuevas plazas. "No se puede tirar la toalla, tenéis buena formación, aunque debéis de tener claro que puede ser que no terminéis trabajando en el lugar donde estudiasteis la carrera", apuntó.

Javier Gutiérrez, de la Asociación empresarial de selvicultura y medio ambiente en Asturias (Asymas), se encargó de hablar de la empresa privada. Gutiérrez comenzó hablando del trabajo en incendios como una de las salidas para los ingenieros Forestales, que después puede derivar en otras labores. "Pasar por la escuela del fuego es útil y la recomiendo en una etapa inicial", destacó. Como consejo, el empresario les recomendó hacer prácticas "y generar una necesidad, que la empresa vea que te necesita". El ejemplo más cercano que los estudiantes tuvieron ayer fue el de Susana Expósito, que lleva desde el pasado mes de julio en Hunosa, concretamente en postminería. "Cuando llegas de nuevas a una empresa tienes un respaldo, porque saben que están aprendiendo", subrayó. En su caso, "los primeros días estaba muy nerviosa, pero después comprobé que tenía más conocimientos que los que pensaba". Cerró el círculo de ponentes María Castaño, investigadora en la Politécnica de Mieres. Castaño explicó que "investigar es una opción que no podéis desechar a la primera de cambio, y guarda relación tanto con la empresa como con la administración". La investigadora también aseguró que el paso al mundo laboral "es duro, pero al final se consigue".

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