Leonor Hevia no lució ayer el dorsal ganador de la carrera contra el cáncer de mama de Mieres, pero sí vestía la camiseta del triunfo: "Yo salí", decía el rótulo que adornaba el pecho. Es una de tantas luchadoras, superheroína que cambió la capa por un pañuelo rosa: "Me diagnosticaron hace diecisiete años, fue muy duro, pero salí". Ahora participa en eventos solidarios para ayudar a las que pasan por lo que ella pasó. La carrera y marcha de Mieres, organizada por la Agrupación local de la Asociación Contra el Cáncer en colaboración con el Ayuntamiento y el Club Atletismo de Mieres, reunió ayer más de dos mil personas. La recaudación para luchar contra la enfermedad fue buena y los consejos de las que han vencido no tuvieron precio: "Hay que mirarse en el espejo, ponerse guapa y pelear mucho para salir adelante", recomendó Hevia.

Tumadre, tu vecina, tu hermana o tú misma. Dos de cada ocho mujeres padecerán cáncer de mama a lo largo de su vida. Los mierenses saben que es motivo de sobra para calzarse las zapatillas y caminar o correr por la villa: "Estamos muy contentos con el número de participantes de este año", afirmó la presidenta de la Agrupación mierense de la Asociación contra el Cáncer, Dolores Olavarrieta. Los primeros en correr fueron los pequeños de la casa. La carrera infantil tuvo lugar en el entorno del Ayuntamiento de Mieres y con una madrina de lujo: Covadonga García, la participante asturiana de "MasterChef Junior". Los colegios Aniceto Sela y Llerón también se sumaron al rosa, con actuaciones para animar al público durante y después de las carreras: "Estamos muy agradecidos de su colaboración, así como de la ayuda de Liberbank y MasyMas para el avituallamiento", señaló Olavarrieta.

Todos tuvieron que reponer fuerzas, aunque hubo más participantes en la marcha a pie que en la carrera. Marta Huerga y Lucía Rodríguez, madre e hija, fueron de las primeras en llegar a la meta en el Ayuntamiento tras caminar por Mieres. Participan todos los años, señaló Huerga: "Siempre la hicimos, nos apuntábamos siempre y hace un tiempo mi tía fue diagnosticada. Ahora, afortunadamente, ya está bien", afirmó.

La organización hace cuentas de la recaudación, que se destinará íntegramente a la lucha contra la enfermedad. La venta de dorsales fue similar a otras ediciones, pero la adquisición de merchandising se disparó este año: "Pocos hubo que pasaran por aquí y no llevaran algo; pulseras, lotería, lazos o gafas de sol", dijo Olavarrieta. Los pañuelos se agotaron en cinco minutos, Mieres se tiñó de rosa.

Porque era el día para el rosa, para el optimismo. Dice Leonor Hevia que, para ella, el peor momento fue el del diagnóstico: "Se me cayó el mundo encima". Pero cuando empezó el tratamiento, no miró nunca atrás: "Hay que centrarse en el día a día, paso a paso, hasta curarse". Olavarrieta, que también padeció la enfermedad, anima a las que ahora están luchando: "Tienen que saber que no están solas, que todas las estamos apoyando". Ponen acento en la prevención: "La pereza no puede ser excusa". Una revisión anual salva la vida.