¿Qué le pasó al amagüestu? La popular fiesta del otoño en los colegios de las Cuencas parece haberse asustado con "Halloween". Los centros escolares celebraron a principios de esta semana la terrorífica fiesta, importada de Estados Unidos, con disfraces que dieron mucho miedo y decoraciones muy logradas en las aulas. En el Santa Eulalia de Ujo se quedaron con la tradición asturiana y en el colegio público de Rioturbio decidieron apostar por las dos fiestas: ha nacido el "Hallogüestu".

La decoración del colegio Teodoro Cuesta daba realmente miedo. Durante las últimas semanas, alumnos y la Asociación de Madres y Padres (Ampa) del colegio se esforzaron al máximo para crear un ambiente lo más terrorífico posible: telas de araña por los pasillos, calabazas con dientes afilados en las aulas y figuras fantasmagóricas colgando de las puertas. La celebración culminó con un encuentro de los alumnos disfrazados de sus personajes favoritos.

Lo mismo en el colegio Santiago Apóstol, donde el patio se llenó de fantasmas, muertos vivientes y alguna novia cadáver. Los pequeños celebraron Halloween, como manda la tradición, el día 31. Ese mismo día, en Turón, los alumnos del Vega de Guceo también se pusieron sus mejores galas terroríficas para dejar pasmados a los vecinos que se acercaron a la fiesta del parque.

En Rioturbio querían celebrar Halloween, pero ni siquiera las brujas y los fantasmas pueden resistirse a las castañas y la sidra dulce. Los alumnos, que se lo pasaron en grande, disfrutaron de actividades relacionadas con las dos temáticas: fue divertido ver a Freddy Krueger preocupado por dar el toque justo a las castañas.

En el Santa Eulalia de Ujo celebraron el otoño con asturianía. Los pequeños salieron al patio para comer sidra dulce y castañas, con música tradicional sonando de fondo. Además, hubo una exhibición de alfarería y los alumnos se atrevieron a crear sus propias piezas de decoración elaboradas con barro.

Halloween empuja con fuerza, pero las tradiciones arraigadas como el amagüestu no se dejan vencer tan fácilmente. Una y otra, eso sí, son especialmente importantes en los colegios, ya que más allá del motivo, la realidad es que fomentan la convivencia, el compañerismo y las interactuaciones entre los alumnos de los centros educativos.