Tres robos y un intento en menos de una semana. Es el balance, hasta el momento, de la oleada de asaltos que está sufriendo el concejo de Aller. Más concretamente, la localidad de Moreda. El primer asalto se produjo en la madrugada del pasado martes, cuando dos ladrones desvalijaron una joyería. El domingo, alguien robó un remolque lleno de cable de la orquesta que había amenizado "La Montera Picona" y en la madrugada del lunes, asaltaron un pub e intentaron entrar en un bar. Los vecinos están en vilo: "Estamos desprotegidos", claman. Y el Ayuntamiento les da la razón. El alcalde, David Moreno, exigió ayer al Ministerio del Interior que destine más agentes para vigilar el concejo: "Nos sentimos indefensos como si este fuera un buen sitio para delinquir. De hecho, a los ladrones de la joyería sólo les faltó parar a desayunar", afirmó.
El regidor sabe cómo fue la huida de los ladrones, igual que la mayoría de los alleranos, porque un vecino grabó la escapada desde la ventana de su casa. El vídeo corrió como la pólvora por las redes sociales y muestra a dos hombres, que parecen jóvenes, saliendo de la joyería con el botín. La huida fue torpe: uno de ellos, incluso, le grita al otro porque se equivoca de vehículo. "La alarma estuvo sonando, los ladrones dieron gritos, pero allí no apareció ningún agente. Y no porque ellos trabajen mal, sino porque no tienen gente suficientes para patrullar por el concejo", afirmó David Moreno.
El Alcalde considera que la situación es "límite": "Es necesario actuar ya, antes de que se produzcan más asaltos", destacó. El robo al pub se saldó con una máquina tragaperras reventada y la sustracción de la recaudación. Además, tras el asalto, dos hombres intentaron entrar en otro bar de la zona. Pero huyeron cuando se activó la alarma. Testigos ofrecieron una descripción de dos hombres.
Moreda es la localidad más poblada del concejo. Tiene (sumando el núcleo y barrios de los alrededores) cerca de 4.500 vecinos. Pero no hay ningún acuartelamiento. El más próximo está en Caborana, a un kilómetro y medio de distancia del lugar en el que se produjeron los asaltos. El otro cuartel está en Cabañaquinta, la capital del municipio. Se da la circunstancia de que los dos edificios eran de propiedad municipal, cedidos al Ministerio del Interior: "Los agentes estaban en equipamientos que no cumplían con los requisitos mínimos", explicó el Alcalde. Ahora, el regidor reclamará al Gobierno que "sean tan generosos con nosotros como nosotros lo fuimos cuando lo necesitaron. Porque está claro que somos una administración y un concejo comprometidos con las fuerzas de seguridad".
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