La operadora pública Renfe probará en diciembre el primer tren de viajeros movido con gas licuado del mundo. Los ensayos, que durarán quince días, se localizarán entre Trubia y Figaredo (Mieres). Se trata de un tramo de ferrocarril de vía estrecha, de veinte kilómetros de longitud. Renfe cuenta en esta iniciativa, pionera en el transporte de viajeros, con la colaboración de la Unión Europea, Enagás y Gas Natural.

El gas licuado como combustible sólo se ha probado, hasta ahora, en convoyes de mercancías de algunas compañías norteamericanas. Este gas es un líquido transparente como el agua, inodoro, incoloro y que no resulta corrosivo ni tóxico. El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, anunció ayer las pruebas que se pondrán en marcha en Asturias.

El objetivo de estos ensayos es sopesar la viabilidad del gas natural licuado como sistema de propulsión en trenes. También sus eventuales ventajas ambientales y económicas frente al mecanismo tradicional, para poder sustituir a los actuales trenes de tracción diésel. En el marco de este proyecto, si las pruebas dan buen resultado, Renfe sopesa implantar el sistema de propulsión de gas natural en una serie de trenes de Cercanías en la región. Un servicio, según ha asegurado la operadora en un comunicado, que sería "pionero en Europa".

Todo listo para el ensayo. Las pruebas de aplicación del gas licuado para el transporte de viajeros se realizarán con un tren autopropulsado del parque de convoyes diésel de Renfe. Está previsto, concretamente, utilizar el modelo 2600. Es un tren habitual en la red de Cercanías de la región, con una capacidad máxima de 244 plazas y 35 metros de largo. Alcanza una velocidad punta de ochenta kilómetros por hora en las vías de ancho métrico.

El proyecto incluye utilizar dos unidades. Una se quedará con el motor diésel y la otra llevará instalados los depósitos de gas y otros elementos auxiliares para su funcionamiento. Los técnicos podrán contrastar los resultados obtenidos por cada una de las unidades. Según informó la operadora, se analizarán datos sobre espacio, peso, refrigeración y autonomía de circulación. También otras variables como las emisiones contaminantes y los costes de operación. La compañía prevé primar las nuevas energías en detrimento de la tracción diésel.

Un buen momento para empezar el cambio será en la próxima compra de trenes de Regionales y Cercanías, que Renfe prevé lanzar a comienzos de año con una inversión estimada de 1.500 millones de euros. Las pruebas entre Trubia y Figaredo (Mieres) serán la confirmación de una apuesta ya decidida. La compañía ferroviaria ha anunciado que considera que "el uso del gas natural en el transporte ferroviario, actualmente ya uno de los más sostenibles, puede contribuir a reducir la contaminación al disminuir las emisiones de óxidos de nitrógeno, los óxidos de azufre y el monóxido del carbono (CO2)". "Al mismo tiempo, reduce la contaminación acústica y los gases de efecto invernadero", añadieron. Todo listo para viajar al futuro de Renfe.