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XAVIER VIDAL-FOLCH | Periodista, ofrece hoy en Ciaño una charla sobre Cataluña

"Aplicar el artículo 155 fue algo inevitable, otras soluciones quizás habrían sido peores"

"El bloque secesionista catalán ha llevado al país a la fractura social; sus electores pueden exigirles responsabilidades"

El periodista Xavier Vidal-Folch, en una visita a Langreo. FERNANDO GEIJO

El periodista Xavier Vidal-Folch visitará hoy tierras asturianas para impartir la charla "Cataluña: un problema español". Será a partir de las ocho de la noche en la Casa de la Buelga (Ciaño), en un acto organizado por "Cauce del Nalón" en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. Vidal-Folch ofrecerá su visión de algunas de las claves del desafío independentista, como la importancia de la separación de poderes o lo que ha supuesto en la práctica la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

- Cataluña, un problema español, cómo está afectando el conflicto al país?

-Estamos hablando de que un 20% de la economía, Cataluña, está en situación de shock. Es el territorio más rico y avanzado del país, con más de una cuarta parte de las exportaciones, de la innovación y de las "startups" tecnológicas, uno de los territorios con más vocación europeísta en la práctica que ha sido el motor, la plataforma y el acicate de la nueva estructura del estado democrático. Lo ha sido siempre en la Historia y ahora está todo en entredicho.

- Una de las consecuencias del desafío independentista ha sido la fuga de las empresas, al menos de sus sedes sociales, ¿qué alcance puede tener?

-Es un tema importante porque a las sedes sociales les siguen las sedes fiscales y a veces también las operativas. La división internacional del trabajo no es ahora como antes de la globalización, cuando la sede social se encontraba junto a los centros de producción, ya que la disminución del coste del transporte y comunicaciones, la rapidez del comercio mundial y el valor añadido de las cadenas de producción industriales hace que la disociación de las sedes sociales sea mucho más frecuente. Antes era más importante dónde estaba la fábrica, ahora lo es mucho más el centro directivo, con lo que lo esencial es mantener la dirección social con todos los servicios añadidos, el diseño, la estrategia, la comunicación o el marketing. Ahora podemos tener una multinacional en Galicia, pero que su fábrica se encuentre en Extremo Oriente, como es el caso de Zara. Las sedes sociales son un elemento clave en la economía, no se pueden perder.

- ¿Qué opina sobre el desarrollo judicial del proceso en la Audiencia y el Supremo?

-Quien dice que no hay separación de poderes se equivoca. La Audiencia Nacional encarceló a los "Jordis", pero también puso medidas cautelares más suaves para el que fuera el mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero. Aunque para mí ha sido más sabio el Tribunal Supremo con las medidas cautelares porque es difícil argumentar que existan los tres requisitos para pedir prisión preventiva. No está tan claro que puedan destruir pruebas al no poder acceder ya a sus despachos, tampoco reincidir en el delito porque ya se les han despojado de sus cargos y, en cuanto al riesgo de fuga, tenemos el ejemplo de una exconsejera que volvió de Bruselas para declarar ante el tribunal. Ahora bien, las diferentes decisiones tomadas por la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo demuestran la independencia del poder judicial, no sólo del político, sino también entre los distintos tipos de tribunales. Esto no es óbice para decir que el Ministerio Fiscal, que no es la pieza más independiente del poder judicial, sino que cuelga del poder ejecutivo, se podía haber comportado de forma más prudente.

- ¿Hay similitudes entre la situación que se vive en Cataluña y lo ocurrido en Escocia?

-Prácticamente ningún estado contemporáneo, ninguno de la UE, pero tampoco EE UU ni Canadá reconocen, el derecho a la separación. La mayoría dicen que no es permisible someter a referéndum una causa relacionada con la secesión. Y aquí hay sentencias en EE UU sobre Texas; o en Alemania e Italia, donde se niega a Baviera y Lombardía, respectivamente, la posibilidad de hacer un referéndum de secesión. En Reino Unido, por otro lado, no existe una Constitución escrita que impida el referéndum, y lo que ocurrió no fue su reconocimiento, sino la cesión temporal de la competencia del Parlamento para hacer el referéndum. Eso en lo jurídico. En lo político es que mientras que en Cataluña se pidió el referéndum y se propuso la independencia sin ningún orden, en Escocia ocurrió después de que el Partido Nacionalista Escocés obtuviese la mayoría absoluta en unas elecciones. En los últimos comicios catalanes, los independentistas no lograron esta hazaña. Escocia hizo las cosas paso a paso, correctamente, mientras que los nacionalistas catalanes lo hicieron con resultado desastroso.

- ¿Era necesaria la aplicación del artículo 155 de la Constitución?

-Seguramente fue inevitable. No era deseable, pero no había muchas más soluciones, quizá el resto hubieran sido peores. La intervención del artículo 155 ha sido relativamente liviana, no en cuanto a lo simbólico porque destituir a todo el Gobierno es duro, pero la intervención y funcionamiento de la autonomía no lo fue tanto. Además, han convocado elecciones autonómicas en el menor tiempo posible, algo que Mariano Rajoy no habría tenido que hacer si Puigdemont lo hubiera hecho antes. En resumen, ha sido una salida no deseable porque certifica un cierto fracaso de la política, pero era inevitable porque servía para evitar un mal mayor. Y prueba de ello es que a pesar de las críticas, todos los partidos se han apuntado a las elecciones.

- ¿Cómo ve el panorama político respecto a los próximos comicios?

-Vemos que se vuelven a repartir cartas en un momento tan complicado como este, pero es algo normal y en situaciones tan volátiles como esta no se deberían dar por hecho estos puntos de partida de ver cómo queda el mapa electoral. Es verdad que hoy tendrían cierta estabilidad en el reparto, pero el bloque secesionista dice ahora que se equivocó en ciertas cuestiones, y es verdad que se equivocó y ha llevado al país a una situación de fractura social, de destrucción institucional, de ruptura legal, una crisis económica-empresarial y de menoscabo de su prestigio internacional. Igual esos electores les van a exigir más responsabilidades, no digo que vayan a hacerlo, pero igual algunos deciden quedarse en casa el día de las elecciones o darle su apoyo a otros.

- ¿Cómo ha visto el papel que ha jugado la UE en todo este proceso y su rechazo a la separación de Cataluña?

-La Unión Europea ha respondido en todo momento de la misma manera, que si hay una separación del país el nuevo estado es ajeno de la UE y se tratará como a un tercero. Y eso es lo que han dicho todos los presidentes de la comisión, y lo que recoge el Tratado de Lisboa, donde la UE se compromete a respetar el ordenamiento de sus países miembros en integración territorial. Ahí no sale ni Cataluña ni Asturias, que son partes importantes de uno de sus estados miembros, que es España. Y esas acusaciones de que España es prácticamente una dictadura no responden a nada. Ahora nos dicen algunos que Bélgica exhibe la verdadera justicia cuando tiene peor resultado que España es número de condenas por el tribunal de Luxemburgo sobre la violación de los derechos humanos.

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