Unanimidad total en Langreo contra el cierre de la térmica de Lada. Los grupos políticos y los sindicatos hicieron ayer una demostración de fuerza para tratar de revertir la decisión de la compañía eléctrica de apagar la caldera y las chimeneas de estas emblemática instalación que estaba a un paso de cumplir los 69 años. Una de las primeras medidas de presión que llevarán a cabo de forma conjunta será la de aprobar una resolución, consensuada entre todos, que luego se remitirá al Gobierno nacional y al presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, para pedir que dé marca atrás en su decisión y mantenga a la planta con vida hasta que la transición energética quede completada de forma definitiva. Así lo acordaron los representantes de UGT, CC OO y el sindicato de cuadros Atipo con los portavoces de IU, Somos, PSOE, PP y Ciudadanos durante una reunión en el Consistorio.

La unión fue total. El anuncio de la eléctrica ha conseguido poner de acuerdo a partidos de diferente color. "El cierre es precipitado y conociendo que con la clausura el recibo de la luz podría subir algunos meses entre un 15 y un 20% es casi un delito prescindir de una energía como la del carbón", señaló el alcalde de Langreo, Jesús Sánchez durante el encuentro. Los grupos políticos pidieron a Iberdrola un mayor compromiso con el concejo después de haber estado tantos años explotando y sacando un buen rendimiento económico a Lada. El regidor también se comprometió con los sindicatos a participar en las movilizaciones que realicen durante los próximos días.

Iberdrola se hizo cargo de la térmica langreana allá por 1981 cuando compró la Compañía Eléctrica de Langreo. Se da la circunstancia que fue el mismo año que comenzó a funcionar el grupo de generación IV, el único que queda en marcha.

Con esta imagen de unidad, explicó Sánchez, lo que se persigue es comenzar a coordinar actuaciones y evitar la importante pérdida de empleo (unos doscientas entre los empleos directos de la planta y los de las subcontratas) y de riqueza "en un concejo muy castigado por la crisis".

José Manuel Vallina, portavoz de UGT (el sindicato con más representación en el comité de la térmica) destacó que en los últimos ocho años Iberdrola ha hecho inversiones por valor de 200 millones para adaptar la instalación a las nuevas exigencias medioambientales y para poder prolongar su vida hasta al menos 2030. Cerrar la central, añadió, tampoco servirá de mucho para luchar contra el cambio climático. "El hueco que deje tendrá que ser llenado por otra térmica, porque ni las hidráulicas ni las eólicas tienen capacidad aún para tirar tanto en el sistema energético español", explicó.

Por su parte, la secretaria general de CC OO en el Nalón, Esther Barbón, calificó de "puñalada" el anuncio y pidió al Gobierno que frene el cierre.

El ministro de Energía, Álvaro Nadal, tiene previsto comparecer el día 29 de noviembre en el Congreso de los Diputados para informar sobre el decreto que regulará el cierre de las térmicas.