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Un suceso que ha conmocionado a San Martín del Rey Aurelio

"Algunas veces se marchaba", afirma la hermana de la blimeína hallada muerta

La autopsia revela que el cadáver de Josefa García, que estuvo nueve meses en una zanja cercana a su casa, no presenta signos de violencia

Nueve meses desaparecida. FERNANDO RODRÍGUEZ

"Pensábamos que a lo mejor había ido de viaje. Pero el tiempo pasaba y empezamos a preocuparnos y avisamos a la Policía". La frase la pronunció ayer Valentina García, la hermana de Josefa García (de 69 años) cuyo cuerpo sin vida fue localizado el miércoles encajado en una cuneta entre las vías del tren de Feve y una frondosa ladera llena de espeso matorral. El cadáver de la blimeína estaba a solo unos cincuenta metros de su casa, en una zona conocida como Riega La Tabla en el límite entre Blimea y Sotrondio. Llevaba desaparecida nueve meses, desde febrero, aunque hasta septiembre la familia no presentó denuncia alguna. Al principio, no le dieron importancia a la ausencia. "Algunas veces se marchaba. Era una mujer sana y fuerte", sostiene Valentina García, que ahora dedica su tiempo a cuidar de su madre, de 95 años en la vivienda familiar, la misma que habitó hasta hace unos meses su hermana.

Los primeros resultados de la autopsia han revelado que el cuerpo, pese al mal estado en el que se encontraba después de pasar tanto tiempo encajonado en la zanja, no presentaba ningún signo de violencia. Ese dato descarta en un principio la hipótesis de que "Pepita", como era conocida entre sus vecinos, hubiera sido asesinada o que hubiera sido atropellada por el tren. Y afianza la hipótesis que desde un primer momento ha defendido la Policía de que su trágico final se debió a un accidente. También se descarta que se hubiera precipitado ladera abajo.

La blimeína tenía desde hace tiempo problemas mentales -según destacaron fuentes de la investigación- lo que podría haber desencadenado los hechos posteriores. El día que abandonó su casa lo hizo dejando la mayor parte de sus pertenencias, entre ellas su teléfono móvil. Llevaba puesta una bata de andar por casa, de color verde, y su pijama. El único abrigo que ha tenido el cuerpo durante los meses que ha permanecido a la intemperie frente a su residencia.

El rescate del cuerpo obligó a realizar un gran despliegue policial en el que intervinieron agentes especialistas en el subsuelo y una unidad canina. Un pastor alemán fue, de hecho, el que halló el rastro decisivo para resolver esa prolongada ausencia. Valentina García, visiblemente emocionada por los acontecimientos, solo tenía ayer palabras de agradecimiento para las fuerzas de seguridad. "Se portaron de maravilla", aseguró. La autopsia continuará hoy ya que aún quedan algunas flecos por esclarecer. Entre ellos la fecha exacta de la muerte.

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