El cierre de las centrales térmicas de carbón podría abocar a Asturias a "una nueva reconversión" similar a las vividas en el pasado en la región con el sector naval, la siderurgia o la minería. Así lo expuso ayer el presidente del Principado, Javier Fernández. El máximo responsable del Gobierno regional pronunció estas palabras durante el debate sobre el estado de la región, donde se abordó la clausura anticipada de las centrales alimentadas por carbón en 2030 y el anuncio de Iberdrola de cerrar de manera inmediata su planta de Lada, una de las cinco que hay en Asturias.

"Sería un golpe muy duro, no solo para el empleo directo de esas centrales, entre 600 y 700 personas, sino para todos los servicios avanzados de ingeniería y mantenimiento, la minería autóctona y el carbón importado", abundó el presidente del Principado, que aludió a seis millones de toneladas de carbón que mueven unos 200.000 camiones para ser quemadas en las térmicas. "Hay que tomar conciencia de la dimensión del problema", recalcó Javier Fernández, que se reconoció "reconfortado" por el apoyo contundente que ha expresado la mayoría de fuerzas políticas de la región para la continuidad de la actividad en las térmicas en las votaciones que han cerrado el debate de orientación política de Asturias.

Javier Fernández anunció que el próximo lunes hablará de este problema con el ministro de Energía, Álvaro Nadal, y más adelante, en una fecha aún por determinar, en una reunión en Madrid con el propio Ministro y con Juan Vicente Herrera, el presidente de Castilla y León, otra de las autonomías que saldría más perjudicada con los cierres de las térmicas.

Una veintena de países han suscrito en la Cumbre del Clima de Bonn una alianza para dejar de utilizar carbón en 2030 y cerrar las térmicas alimentadas con este mineral. Naciones como Francia, Italia, Gran Bretaña y Portugal han avalado un acuerdo del que, en principio, se ha desmarcado España. Para el Gobierno esa descarbonización "es obligada", pero "hay que hacerla de manera ordenada", según aseguró ayer la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina. Tejerina hizo hincapié en que "este año hemos tenido un 50 por ciento menos de producción hidroeléctrica y tampoco hemos tenido viento, por eso es necesario mantener energías de las que poder disponer cuando se quiera". Tampoco se olvidó la ministra de los propios ciudadanos, señalando que, ante esta futura descarbonización, "hay que evitar que a las familias no les suponga un esfuerzo más allá del necesario". No obstante, matizó que "el medio ambiente es el que manda". Fuentes del Gobierno central también indicaron que se estudiarán "todas" las implicaciones de la alianza para abandonar el carbón antes de sumarse a la iniciativa.

Por su parte, el grupo parlamentario socialista en el Congreso registró ayer una proposición no de ley en la que se insta al Gobierno a "establecer el carbón autóctono como reserva estratégica y garantizar con ello su presencia en el mix de generación eléctrica". La iniciativa tiene como objetivo reiterar el compromiso de los socialistas con la minería del carbón. También aluden al mantenimiento de las centrales térmicas considerando que el real decreto de regulación de cierre que presentó el ministro Nadal "es claramente insuficiente y no despeja las incertidumbres que se ciernen sobre el sector".

Desde CC OO se hizo ayer un frente común entre Asturias y Castilla y León contra el cierre de las térmicas. El sindicalista Damián Manzano instó a no autorizar las clausuras.