Repunta la natalidad en una aldea y un hombre se empeña en reabrir la antigua escuela, clausurada hace dos décadas y con daños estructurales. La idea divide a la localidad, aunque la posición mayoritaria es la de tirar el inmueble y construir un nuevo edificio para otros fines, como un consultorio médico. Parece el argumento de una película de Ken Loach, pero es real y está ocurriendo en Tolivia (Laviana). El hombre que defiende la escuela es Jerónimo González, presidente de la Unión Rural Allerana y Comarcas del Alto Nalón (URACAN). Afirma que tiene apoyos en el pueblo.

Si Ken Loach dirigiera esta trama, seguro que la primera escena sería la reunión mantenida ayer en el centro social de Tolivia. En la sala había cerca de treinta personas, listas para escuchar la propuesta de González. También invitó a representantes municipales con el alcalde, Julio García (PSOE) a la cabeza. Acudieron, además, el concejal de Foro en Laviana, Borja Álvarez, y el diputado de Foro Asturias, Pedro Leal. Pero atención al giro de guión: el regidor es vecino de la localidad.

Jerónimo González llamó a la "unidad" de los vecinos para salvar las escuelas: "En todos los pueblos están rogando que no las cierren, aquí tenemos unas que pueden volver a abrir y nos las quieren tirar. Y hay gente en este pueblo que piensa como yo", afirmó, rotundo, el presidente de URACAN. Es cierto que las escuelas de Tolivia cerraron hace veinte años porque ya no había niños. Y es verdad que, actualmente, residen en Tolivia nueve niños en edad escolar. Pero hay dos razones de peso por las que la mayoría de los vecinos no apoyan la propuesta.

La antigua escuela "se cae". Así lo confirman los informes técnicos que presentó el Alcalde durante la reunión y que ha manejado el Ayuntamiento durante los últimos años. "Si alguien tiene un informe que diga lo contrario, puede ponerlo sobre la mesa y lo debatiremos". Entre el público, un hombre aseguró que la escuela ya tenía que cerrarse por inundaciones al poco de su inauguración.

Y aquí el clímax de la historia. En un momento determinado, un hombre que estaba en la reunión pidió la palabra: "Yo tengo hijos y van a Villoria (a 3 kilómetros). Tienen la mejor ratio de alumnos por profesor de Asturias y no es conveniente abrir aquí una escuela". Otros asistentes respaldaron la postura. El desenlace parecía estar cerca. El regidor propuso la construcción de un inmueble, de 100 metros cuadrados, en el solar que dejarán las escuelas. Una idea que encontró respaldo mayoritario, con la Asociación "El Cascayu" a la cabeza. El uso se decidirá entre todos los vecinos.

¿Fin? No. Al término del encuentro, Jerónimo González bajó andando hasta las escuelas: "No están tan mal, lo que pasa es que hay poca gente que se atreva a llevarle la contraria al Alcalde". Buscará apoyos para acudir al Principado.