Una muestra de imágenes de Mieres tomadas por fotógrafos locales cubría las paredes de la librería La Llocura a modo de escenario para la presentación de la novela "Memorias de la ciudad que nunca existió", obra de Luis Roda García, también mierense y en la actualidad juez decano de Gijón, "un cargo que me correspondió por antigüedad, pues nadie se ofreció a ocuparlo", aclaró. El acto, que contó con la colaboración del Club LA NUEVA ESPAÑA en Las Cuencas, fue presentado por la autora local Susana Pérez-Alonso y reunió a numerosos familiares y amigos de juventud del autor, y hasta a dos alcaldes. "Soy de Mieres, me encanta Mieres y no descarto volver a vivir aquí", dijo Pérez-Alonso, que calificó a Roda como "uno de los mejores escritores asturianos de la actualidad, un magistrado que escribe de modo magistral y que ahora publica una novela preciosa".

A continuación, el autor manifestó sentirse liberado al haber logrado finalizar una obra que es el resultado de nueve años de redacción. "Quiero que el lector sienta que también vivió lo que está escrito en el libro", dijo Roda, que construye sus relatos sobre una base real formada a partir de los recuerdos de la infancia y juventud. "Estoy convencido de que el lector sabrá diferenciar la realidad de la ficción", declaró el autor, que niega que la novela sea autobiográfica. "A nadie le interesa mi vida; ni a mí", exclamó Roda, que se reconoce observador y atento a lo que le rodea. "La perspectiva que dan los años hace que mucho tiempo después descubras el valor lo vivido y aprendido. Hoy recuerdo aquellos sonidos, la música, los olores de las industrias del Mieres de los 60, el humo de carbonilla del tren de Barredo que pasaba bajo mi ventana, el aroma de los helechos húmedos, la vida diaria de la gente llegada a Mieres a trabajar desde tantos lugares distintos", dijo. Un Mieres, a su juicio, "irrepetible que, como tal, ya no existe y que yo he pretendido poner en el mapa: el Mieres del sentimiento".

Luis Roda se pregunta si esa ciudad existió en realidad o es fruto de su imaginación y que llama a tomarnos tiempo para la calma y la reflexión. "No puedo explicarlo, pero aquella actividad industrial de Mieres daba sensación de protección, de vida. Por ello, estoy convencido de que hay que provocar cambios, pues las ciudades que no crecen se condenan a morir", manifestó el autor, que ya está finalizando un libro de viajes biográficos y que tiene ganas de escribir una novela de "humor desmadrado" que rompa la seriedad que se le exige por razón de su profesión. "Posiblemente, me pondré con ella una vez jubilado", concluyó el magistrado.