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La vida educativa en los valles mineros

La fábrica de música

El Conservatorio del Nalón recupera trece instrumentos de época barroca construidos en 1995 en el centro y que serán usados por los alumnos

Marc Sunyer, Pelayo García, Aníbal Mortera y Nicolás Marqués, ayer, en el Conservatorio langreano, ensayando con las violas de gamba. FERNANDO RODRÍGUEZ

En una de las aulas del conservatorio Valle del Nalón tres estudiantes tocaban con sus manos por primera vez un instrumento sacado de otra época. Concretamente, de hace quinientos años, cuando en España lo que triunfaba era la música barroca. Es lo que se llama una viola de gamba, una especie de híbrido entre una guitarra y un violonchelo. "Lo más complicado es sujetarla porque es bastante cansado", explica el docente Marc Sunyer Pelegri a la puerta del aula mientras los alumnos Pelayo García, Aníbal Mortera y Nicolás Marqués toman asiento. Tan peculiar es el instrumento que las cuatro únicas violas de este tipo que hay en Asturias descansan desde hace unos días en Sama.

El Conservatorio ha recuperado tras cuatro años fuera (cedidos a otra academia musical) una docena de instrumentos antiguos y de un altísimo valor artístico y emocional para el centro. Aunque de otra época, fueron fabricados en 1995, hace ahora 22 años, en un taller de empleo impulsado por la Fundación de las Comarcas Mineras (Fucomi), gracias al empeño de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (Ampa) del centro langreano.

La colección la forman cinco violines barrocos, dos claves, una tiorba, cuatro violas de gamba y una espineta, el único que fue adquirido. Todos permanecen estos días expuestos en la planta alta del conservatorio pero, como apunta la directora del centro, Amparo Antuña, "la idea es recuperarlos y darles uso y encajarlos en el día a día de las clases". Eso sí, siempre bajo la supervisión de un profesor, aclara, ya que no son como los instrumentos tradicionales. Estos necesitan de unos cuidados especiales, una afinación diferente y son más delicados.

Marc Sunyer apunta a sus estudiantes otra complicación añadida. "El estilo para el que son usados suele ser muy complejo", señala. Aunque aclara que "si se sabe tocar otros instrumentos con arco (como el violín o el violonchelo) la canción acaba sacándose para adelante. Los estudiantes ensayaron ayer durante un par de horas la obra "Canto a la Spagna" del compositor Diego Ortiz, que hoy interpretarán en el salón de cámara del conservatorio con motivo de la celebración de Santa Cecilia.

Mientras los estudiantes se van haciendo con el manejo con la viola de gamba y la composición de Ortiz, una niña cruza el pasillo del conservatorio con un tubo alargado de plástico, unas tijeras y cinta. Entra en la sala de al lado. Va, aclara Amparo Antuña, a un taller para crear instrumentos musicales mediante materiales reciclados. Todos de viento. Dentro del aula un buen número de niños están muy concentrados en la tarea. Tendrán la responsabilidad de abrir esta tarde el concierto con sus instrumentos reciclados.

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