Como un jarro de agua fría. Así ha caído en el seno de la plantilla de Mieres Tubos la decisión de grupo italiano Amenduni de retirarse de la puja por la planta ubicada en Sueros y que lleva casi tres años con la persiana bajada. "La situación es muy complicada, tenemos una mezcla de impotencia y desilusión, y la verdad es que parece que quedan pocos cartuchos", aseguraba ayer uno de los trabajadores de la planta. Mientras, desde el ámbito sindical se seguirá trabajando para revertir la situación, tal y como aseguró el responsable de Política Industrial de CC OO, Manuel Pérez Uría, que además criticó a la dirección de Mieres Tubos por haber puesto trabas para que los inversiones italianos pudieran llevar a cabo la compra de la planta.

A los motivos técnicos esgrimidos por Amenduni, parece sumarse ahora unos presuntos impedimentos por parte de la dirección de la planta para realizar pruebas en la factoría. Pérez Uría explicó ayer que "según el documento que los italianos enviaron al administrador concursal, parece ser que no han encontrado facilidades por parte de los actuales propietarios para desarrollar unas pruebas, y lanzar unas toneladas de producción para comprobar la calidad y la maquinaria". "Eso nos genera una gran preocupación, ya que ese extremo pondría de manifiesto que fueron los Uribarren los que han torpedeado este nuevo intento de compra", señaló el responsable sindical, que cuestionado por si cree que ha habido un boicot por parte de los actuales propietarios, se muestra dubitativo. "Nos llama mucho la atención la situación, porque si que parece que hay un intento de boicot para que no se pueda vender la fábrica", indicó.

El secretario de Política Industrial de CC OO es consciente de que la situación está cada vez más fea, y que apenas hay margen para poder evitar la liquidación de Mieres Tubos. "Ahora que conocemos las intenciones del grupo italiano, nosotros retomaremos las asambleas para hablar con los trabajadores y ver que salida buscamos. Lo que está claro es que no podemos dejar que esta empresa se vaya al garete", manifestó. "Estamos obligados a ponernos las pilas y trabajar muy rápido, ya que la situación es muy complicada porque el Juzgado de lo Mercantil tiene unos plazos y se establecen una serie de mecanismos que se ponen en marcha y si la empresa entra en una fase de liquidación y no habría vuelta atrás".

Plantilla

Los que recibieron un fuerte varapalo con la decisión del grupo Amenduni fueron los trabajadores de Mieres Tubos. "Ya es la tercera vez que se frustra una compra, y no entendemos que es lo que sucede, porque la planta está para comenzar a producir", señalaba José Ángel Álvarez, delegado de UGT en la planta de Sueros. "Hay muchos trabajadores que han acabado las prestaciones por desempleo y la situación es dramática, y cuando parece que vamos a encontrar una solución nos dan otro palo", indicó. Tras estas experiencias, el optimismo no es precisamente la seña de identidad de la plantilla: "La verdad es que a día de hoy la situación es muy difícil y mucho nos tememos que o bien ocurre un milagro, o la empresa acabará liquidada en un par de meses".